El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, viajó este lunes a la tensa franja que separa a Corea del Norte y Corea del Sur. Desde este lugar, a pocos metros de sus rivales, advirtió a Pyongyang en contra de probar a Washington y Seúl con sus ambiciones nucleares.
Pence hizo una visita no anunciada a la Zona Desmilitarizada al inicio de su gira de 10 días por Asia, en una demostración de fuerza de Estados Unidos que permitió al vicepresidente observar a los soldados norcoreanos desde lejos y mirar directamente al otro lado de la frontera, delimitada por alambre de púas.
Pence dijo a los reporteros que lo acompañaron que el Presidente Donald Trump espera que China emplee los “extraordinarios” mecanismos de presión a su alcance para hacer que el Norte abandone su programa armamentístico, un día después del lanzamiento fallido de un misil norcoreano. Además, vicepresidente expresó su impaciencia ante la poca disposición de Pyongyang para deshacerse de su armamento nuclear y misiles balísticos.
Haciendo referencia al cuarto de siglo transcurrido desde la primera vez que Washington se enfrentó a Corea del Norte por sus intentos de construir armas nucleares, Pence advirtió que “la era de la paciencia estratégica se acabó”. “El presidente Trump ha dejado claro que la paciencia de Estados Unidos y nuestros aliados en esta región se ha agotado y queremos ver cambios. Queremos ver cómo Corea del Norte abandona su imprudente camino en el desarrollo de armas nucleares. El uso continuo y las pruebas de misiles balísticos es inaceptable”.
Más tarde, Pence dijo en un comunicado conjunto con el presidente interino de Corea del Sur, Hwang Kyo-ahn, que el compromiso de Washington con su aliado es “férreo e inmutable”. Reiteró que “todas las opciones están sobre la mesa” para abordar la amenaza y apuntó que el uso de cualquier arma nuclear por Pyongyang recibirá “una abrumadora y efectiva respuesta”.
Foto: La Tercera