Antes de entregar el mando a Donald Trump, Barack Obama se lanzó ayer sobre el gobierno de Vladimir Putin, al anunciar una batería de sanciones contra diplomáticos, organizaciones y funcionarios acusados de haber intervenido en los ciberataques en la campaña presidencial en favor de Donald Trump.
Las medidas comprenden la expulsión de 35 diplomáticos rusos en un plazo de 72 horas, el cierre de dos instalaciones rusas en suelo norteamericano y sanciones económicas contra organismos de inteligencia, individuos y empresas de seguridad informática.
“Ordené un número de acciones en respuesta al agresivo acoso del gobierno ruso sobre funcionarios norteamericanos y operaciones cibernéticas contra las elecciones norteamericanas”, dijo Obama en un comunicado.
“Estas acciones se dan tras una serie de advertencias al gobierno ruso en público y en privado, y son una respuesta necesaria y apropiada a los esfuerzos por dañar los intereses estadounidenses en violación de las normas internacionales”, agregó el mandatario.
WikiLeaks publicó meses antes de las elecciones mails hackeados del equipo de campaña demócrata de Hillary Clinton que, según la CIA, fueron obtenidos por los servicios de inteligencia rusos a través de ciberataques para catapultar a Trump a la Casa Blanca.
En respaldo a los dichos de Obama, el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional publicaron un informe de 13 páginas donde detallaron de manera técnica las herramientas y la infraestructura usada por la inteligencia rusa para atacar diferentes organismos de Estados Unidos durante las elecciones.
Rusia rechazó desde el primer día las acusaciones de Estados Unidos, las cuales descartó como absurdas, y ayer volvió a reaccionar por las sanciones.
“No estamos de acuerdo categóricamente con acusaciones y afirmaciones infundadas sobre Rusia”, señaló ayer el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov. Acusó además al gobierno de Obama de querer “destruir definitivamente las relaciones ruso-norteamericanas, que ya tocaron fondo”, y advirtió que “Rusia reaccionará de manera adecuada”.
De hecho, la primera reacción del gobierno ruso fue anunciar que también expulsaría del país a 35 diplomáticos estadounidenses, a través del jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.
Sin embargo, minutos más tarde el mismo presidente, Vladimir Putin, dijo que Rusia no se “rebajaría” al nivel de “diplomacia irresponsable”, sino que trabajaría para restablecer los lazos con Estados Unidos bajo el presidente electo Donald Trump.
Foto: Infobae