Era la única agencia que no había realizado ninguna revisión ni a la perspectiva ni a la calificación de Chile, pero Moody’s cambio la perspectiva de la nota soberana desde ‘estable’ a ‘negativa’, manteniendo la calificación en ‘Aa3’.
Esto fue informado a través de un comunicado, que según la clasificadora la acción “refleja la erosión gradual, pero amplia en el perfil crediticio de Chile, lo que la perspectiva negativa señala que podría continuar”.
La empresa explicó que el crecimiento doméstico ha experimentado un “shock estructural” debido a los menores precios promedio del cobre y a un declive en la productividad y “es poco probable” que el país “recupere completamente su anterior fortaleza”.
Asimismo la agencia acotó que el bajo crecimiento económico se ha dado en momentos de mayores demandas sociales, situación que ha deteriorado la posición fiscal y ha llevado a un aumento “persistente” en la deuda gubernamental.
Pese a esto, Moody’s destacó que, a pesar del deterioro, el ratio de deuda pública se mantiene por debajo de muchos de los pares de la categoría Aa y el gobierno tiene “una flexibilidad significativa para responder a los shocks”.