El decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, Manuel Agosin, fue quien destapó el fraude al interior de la fundación ordenando una auditoría interna que reveló irregularidades por $270 millones entre 2011 y 2012.
El primer acto que le llamó la atención fue que los directivos le dieron un mandato al entonces director de Administración y Finanzas, Manuel Olivares -formalizado por la causa- para que pudiera actuar solo, “lo que rompió todo el esquema de control de atribuciones existente”.
Agregó que poco después decidió realizar la auditoría y que “alrededor de ese tiempo, una funcionaria de la fundación se acerca al profesor (Pedro) Hidalgo para mostrarle una serie de facturas que parecían sospechosas, así que Pedro Hidalgo nos trae a Enrique Manzur y a mí esta carpeta. Así advertimos mentiras, gastos innecesarios, gastos en juguetes de niños, luego descubrimos estos contratos en Maipú”.
Agosin reveló que, en ese contexto, la UDI denunció a Contraloría que las fundaciones de la U. de Chile se usarían para pagar sobresueldos a profesores.
“Tanto nuestra auditoría como la de Contraloría concluyen que hubo apropiaciones de dinero, contratos ideológicamente falsos, en que o no se prestaron los servicios, o no eran necesarios, y que en muchos casos los prestadores de esos servicios estaban vinculados con la Municipalidad de Maipú”, declaró.