“Patricia, la mujer de luz y paz de San Miguel, hoy se sabe que es Marcela y fue una guerrillera chilena”.
Con ese título es que el periódico digital News San Miguel de México cuenta la historia de Marcela Mardones (51), ex pareja del frentista Raúl Escobar Poblete que se radicó en ese país y que esta semana fue detenida en Puerto Montt por la PDI.
“Madre de dos hijos que dedicó varios años de su vida a realizar terapias de sanación, promover la paz, meditar y convertirse en un ser de luz. A través de sus terapias ayudó a cientos de personas a sanar, a transmitirles un mensaje de esperanza”, afirma el artículo.
Hoy Mardones será procesada por el juez Mario Carroza como autora del homicidio del senador y fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jaime Guzmán, asesinado el 1 de abril de 1991 en el Campus Oriente de la Universidad Católica, donde ella estudiaba Pedagogía general básica.
Bajo el alias de “Ximena” ingresó al plantel educacional en 1987 obteniendo más de 600 puntos en la entonces Prueba de Aptitud Académica (PAA), según informa El Mercurio. Cuando cursaba el quinto año, congeló la carrera. Dos semanas antes del homicidio.
La PDI llegó a Mardones primero, luego se encontraron con la casualidad de que su ex marido era un ex frentista reinsertado. Él fue quien declaró que Mardones convivía ahora con un ex compañero suyo, Raúl Escobar Poblete, apodado “Comandante Emilio”.
Ese habría sido el hilo que llevó a los detectives hasta éste y los otros involucrados en el crimen. El acercamiento de Mardones Rojas al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) habría ocurrido luego de que se distanciara del Partido Comunista (PC), cuando una fracción del Frente se autonomizó.
Fue un año después del atentado, luego de que un grupo de frentistas fueran filmados en Colliguay, que cortó el contacto con los subversivos. Posteriormente, dejó el país por el mismo lugar donde fue capturada el viernes: el sector de Peulla, en la Región de Los Lagos.
Primero pasó a vivir en Argentina. Luego en Brasil y posteriormente el Cuba. Finalmente, cuando se radicó México cambió su identidad y se pasó a llamar Patricia Fernández García. Vivió en Guanajuato por 10 años.
“Patricia era una mujer activa que enamoró a quienes la rodeaban. Siempre preocupada por sus hijos y buscando hacer el bien. A nadie de quienes la acompañaban en sus sesiones de luz y espiritualidad les dijo que Patricia no era su nombre real y que un pasado oscuro la acompañaba”, apunta el texto publicado en el portal mexicano.
FOTO: La tercera