Una revolución silenciosa está cambiando la economía mundial, se trata de los fármacos antidiabéticos GLP-1, conocidos como Ozempic, Wegovy y Mounjaro, los cuales también funcionan contra la obesidad y problemas cardiometabólicos.
Estos medicamentos, que comenzaron como un tratamiento para la diabetes tipo 2 han terminado por desencadenar un cambio de hábitos a escala masiva, afectando industrias tan diversas como la alimentación, la moda, los seguros y el ocio.
¿De qué están compuestos estos fármacos y cómo funcionan?
Basados en el péptido similar al glucagón (GLP-1), simulan una señal natural que avisa al cerebro que el cuerpo ya ha recibido suficiente alimento, disminuyendo el apetito y provocando una pérdida de peso que puede llegar al 25% de la masa corporal.
Su éxito, ya se refleja en cifras, ya que solo entre 2021 y 2023, las ventas entre los dos principales laboratorios, Novo Nordisk y Eli Lilly pasaron de 4.500 millones de euros a 21.200 millones.
Además, según Reuters la farmacéutica de Indianápolis ha registrado al inicio de 2025 unas ventas de Zepbound y Mounjaro de 1.910 millones de dólares y 3.530 millones de dólares respectivamente.
El boom de estos fármacos se dió en Estados Unidos, donde un 45% de la población es obesa y un 70% tiene sobrepeso.
Efecto Ozempic
Pero el verdadero “efecto Ozempic” trasciende el ámbito farmacéutico. Según estudios de Morgan Stanley, las personas que consumen GLP-1 reducen su ingesta de alimentos procesados en un 66% y aumentan un 46% el consumo de frutas y verduras.
María Latorre, encargada de la Investigación Empresarial y asesora sectorial en Allianz Trade, mencionó que “el sector alimentario podría sentir más el choque, sobre todo en EEUU”.
“En 2023 se calcula que 500.000 personas consumieron alguno de estos medicamentos en EEUU, y se estima que puede llegar hasta 15 millones de adultos estadounidenses en 2030. Por lo tanto, la industria alimentaria podría experimentar una disminución en la demanda de productos ultraprocesados y altos en calorías, mientras que la moda podría ver una transformación en la demanda de ropa debido a la pérdida de peso que muchos usuarios experimentan”, señaló la consultora Allianz Trade.
Los otros sectores impactados
La moda también experimenta cambios. El descenso de tallas ha alterado las dinámicas de producción y venta, por ejemplo, entre 2022 y 2024, las ventas de camisas de talla grande para mujeres cayeron un 11%, mientras las tallas más pequeñas subieron un 12%. Rent the Runway reporta que no se veían tantos pedidos de tallas bajas desde hace 15 años.
En paralelo, el consumo de alcohol y refrescos ha descendido un 62% y 65% respectivamente entre los usuarios de estos fármacos.
Aunque en Europa el impacto podría ser menor debido a una menor prevalencia de obesidad y patrones alimenticios diferentes, los expertos anticipan un crecimiento del mercado GLP-1 a 3.490 millones de dólares en 2024 en la región, con una expansión anual de 5,9%.
El sector de seguros también está atento: la adopción de GLP-1 podría reducir la prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, alterando la estructura de costos de las pólizas de salud. Allianz Trade estima que, a largo plazo, el ahorro en costes sanitarios podría alcanzar los dos billones de euros en la próxima década si las tasas de obesidad se estabilizan.
El desafío del precio
Sin embargo, el acceso a estos medicamentos sigue limitado por su alto costo, de hecho alcanzan hasta 1.000 dólares mensuales, y las pérdidas de patente de Ozempic llega en 2031.
Además, según Goldman Sachs, el mercado mundial de GLP-1 podría alcanzar los 100.000 millones de dólares en 2030 si se amplía la cobertura de seguros y se reducen los precios.
La competencia geopolítica añade otro matiz. Novo Nordisk, con sede en Dinamarca, ha realizado fuertes inversiones en EE.UU. para evitar futuras barreras comerciales bajo la política de “repatriación” industrial anunciada por Donald Trump. Mientras tanto, Eli Lilly también avanza en la construcción de nuevas plantas en suelo estadounidense.
Una transformación irreversible
La historia de los GLP-1 no solo es la de un éxito farmacológico, sino también la de una transformación económica global. Como advierte Manel Peiró, de Esade, estos cambios “atienden a una racionalidad distinta”: quienes experimentan mejoras en su salud no desean volver a hábitos poco saludables, impulsando una demanda creciente de alimentos frescos y saludables.