Roma ya vive bajo un inédito operativo de seguridad ante el funeral del Papa Francisco, que se celebrará este sábado en la Plaza de San Pedro. La masiva despedida del pontífice reunirá a más de 200.000 fieles y cerca de 170 delegaciones internacionales, incluyendo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otras figuras como Volodímir Zelenski, Emmanuel Macron y los reyes de España.
El Ministerio del Interior de Italia ha desplegado un operativo de máxima seguridad, con 4.000 policías activos y una zona de exclusión aérea que abarcará no solo el Vaticano, sino gran parte de Roma. Además, se suman 2.000 carabiniere, agentes de Guardia di Finanza, patrullas locales y unidades especializadas como francotiradores, brigadas caninas, escuadrones antibombas y vigilancia aérea con drones y cazas militares.
Las estaciones de tren, aeropuertos y sedes diplomáticas también estarán bajo estricta vigilancia, en especial la residencia del embajador estadounidense, donde se alojará Trump. Unidades de la policía fluvial patrullarán el Tíber, y el recorrido final del féretro desde el Vaticano a la Basílica de Santa María la Mayor será otro punto crítico. Aunque no se ha revelado el trayecto exacto, las autoridades garantizarán que la ciudadanía pueda despedirse del Papa durante su último viaje.
Como parte del dispositivo, también se activó un sistema 3D de vigilancia con visión de 360°, operado por el Centro de Gestión de Seguridad de Eventos, que monitoreará en tiempo real la Plaza de San Pedro y sus alrededores. El transporte público también se reforzó para facilitar el acceso de fieles a la basílica, donde el cuerpo del pontífice permanecerá expuesto hasta el viernes.
El prefecto de Roma, Lamberto Giannini, aseguró que “la participación ciudadana será masiva” y que todas las medidas buscan asegurar una ceremonia digna, solemne y segura.
