En Brasil, el médico otorrinolaringólogo Leandro B. Guimarães ha transformado la experiencia quirúrgica de los niños con una idea tan simple como poderosa: disfraza a sus pacientes pediátricos antes de entrar al quirófano. La medida, lejos de ser solo un gesto simpático, ha tenido un profundo impacto emocional en los niños y sus familias.
Todo comenzó tras una experiencia especialmente conmovedora. Una niña de dos años, Allana, llegó al quirófano entre llantos. Ese día prometió que no llevaría nunca más a un niño al quirófano en ese estado. Desde entonces, Batman, Flash y otros personajes han acompañado a los niños en ese momento clave, ayudándolos a sentirse valientes, fuertes y acompañados.
Empatía, juego y confianza
El médico permite a cada niño elegir su disfraz favorito y les explica que entrarán a cirugía “volando o corriendo”, como verdaderos superhéroes cumpliendo una misión especial. Si aún percibe miedo, invita a uno de los padres a entrar junto al niño hasta que se aplica la anestesia.
Guimarães, que comparte estos momentos en su cuenta de Instagram, escribió en una publicación:
“¡Siempre estaré a tu lado! Tratando de hacer este momento tenso lo más ligero posible… ¡Cuenta conmigo!”
Los videos muestran a los pequeños pacientes corriendo de su mano o sobre sus hombros mientras suena Stand By Me, de Ben E. King. La escena, aunque breve, logra transformar completamente la energía de un ambiente que suele ser frío y temido.
Un médico que fue payaso de hospital
La calidez del médico no es casual. Durante su formación, Guimarães fue parte de un grupo de payasos de hospital que visitaba pacientes pediátricos semanalmente. Aquella experiencia no solo lo hizo enamorarse de trabajar con niños, sino que también le enseñó a abordarlos con respeto, humor y cuidado.
“Aprendí a examinar a los niños sin asustarlos”, comentó, reconociendo que las habilidades desarrolladas entonces son hoy fundamentales en su práctica profesional.
Recuerdos felices que se llevan a casa
Después de la cirugía, los niños pueden llevarse su disfraz como recuerdo. Muchos regresan a los controles médicos usándolo, recordando la operación como una experiencia lúdica y sin traumas. Algunos incluso han pedido que Guimarães los opere nuevamente, aunque el procedimiento no corresponda a su especialidad.
Los padres también han compartido su agradecimiento: el ver a sus hijos tranquilos, incluso sonrientes antes de una cirugía, genera confianza y alivia la ansiedad familiar.
Un reconocimiento merecido
Por esta iniciativa, Leandro B. Guimarães fue distinguido con el “WEmbrace Awards 2025” en la categoría “historias inspiradoras”, un reconocimiento que celebra su dedicación y enfoque humano.
Las redes sociales no tardaron en volcar elogios hacia su trabajo, calificándolo como “un ángel” y destacando su capacidad de hacer del quirófano un lugar menos hostil. Para él, cada niño disfrazado es un recordatorio de su vocación:
Su objetivo es hacer que el quirófano sea un lugar menos estresante para los niños.