¿Por qué tenemos hambre?: Cómo contener la ansiedad de comer

Lo que se come y bebe puede ser un factor clave en esta sensación, debido al efecto que tienen los alimentos sobre la glucosa.
Sentir hambre constantemente, incluso después de haber comido, puede deberse a factores fisiológicos, el estilo de vida y los niveles de glucosa en la sangre.
Sin embargo, lo que se come y bebe puede ser un factor clave en esta sensación, debido al efecto que tienen los alimentos sobre la glucosa.
¿Cuáles son los tipos de hambre?
El hambre física es la respuesta natural del cuerpo cuando necesita energía, lo que se puede manifestar a través de síntomas como ruidos estomacales, fatiga, dificultad para concentrarse o mareos.
Según el Dr. Oscar Hincapié, director médico en Abbott, “detrás de estas señales se encuentra una necesidad fisiológica fundamental: la demanda de energía. Este proceso está regulado por la hormona grelina, un mensajero químico que circula por la sangre y activa una ‘alerta de hambre’, pidiéndonos recargar nuestro organismo”.
Por otro lado, el hambre hedónica no está relacionada con una necesidad calórica real. Puede ser provocada por hábitos, aburrimiento o el entorno, lo que lleva a comer sin verdadera necesidad fisiológica.
La conexión entre glucosa y hambre
La glucosa es la principal fuente de energía del cuerpo, y sus niveles influyen directamente en la sensación de hambre.
Cuando estos niveles bajan, se genera la necesidad de comer. Sin embargo, un aumento abrupto de glucosa seguido de una caída rápida puede desencadenar la misma sensación de hambre, aunque el organismo no necesite más calorías, los alimentos ricos en azúcares y carbohidratos refinados pueden provocar estos desequilibrios.
Motivos por los que puede sentirse hambre todo el tiempo
- No comer lo suficiente: Una reducción excesiva de calorías sin suficiente proteína y grasas saludables puede generar más hambre.
- Ser una persona activa: El ejercicio aumenta la demanda de energía, por lo que es importante equilibrar la alimentación con proteínas, grasas y carbohidratos complejos.
- Deficiencia de proteínas: Consumir menos proteínas de las recomendadas puede generar antojos y hambre frecuente.
- Falta de sueño: Dormir menos de seis horas afecta las hormonas del apetito, aumentando el hambre.
- Miedo a las grasas: Las grasas saludables, como las de frutos secos y aguacates, ayudan a mantener la saciedad. Se recomienda mezclar crema de almendras con avena, preparar una ensalada con aceite de oliva y jugo de limón, comer aceitunas y queso o añadir frutos secos y semillas al yogurt griego.
- Déficit de fibra: La fibra ralentiza la digestión y proporciona una sensación de saciedad prolongada. Algunos alimentos ricos en fibra son las frambuesas, las almendras, el aguacate, las semillas de chía y los frijoles.
- Estrés: El cortisol elevado por el estrés puede aumentar la sensación de hambre y fomentar el consumo de alimentos poco saludables.
¿Cómo controlar el hambre?
Para evitar el hambre constante, se recomienda evaluar la dieta y asegurarse de incluir proteínas, grasas saludables y fibra en cada comida. El Dr Hincapié, sugiere prestar atención a las señales del cuerpo y hacer ajustes según sea necesario.
Mantener un equilibrio en la alimentación, dormir bien, reducir el estrés y elegir los alimentos adecuados puede hacer una gran diferencia en la regulación del hambre y el bienestar general.
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