Bosques submarinos en Chile: Una posible solución para combatir el cambio climático

Un reciente estudio publicado en la revista Nature Climate Change, ha revelado el potencial de la vegetación submarina para combatir el cambio climático, destacando a Chile como un actor clave en esta lucha.

Este trabajo titulado “El almacenamiento de carbono en sedimentos bajo cultivos de algas marinas es equivalente al de los hábitats de carbono azul” fue liderado por Oceans 2050 bajo la dirección de Alexandra Cousteau y el científico Carlos Duarte y es la primera evaluación empírica global sobre este fenómeno, abarcando 20 granjas en cinco continentes, incluida Chile.

Investigadores como la Dra. Marcela Ávila (UST y CHIC) demostraron que las granjas de algas secuestran carbono, al mismo nivel que los ecosistemas manglares y pastos marinos. Además, junto a los investigadores Juan Gutiérrez y Ricardo Riquelme de la UST, dieron a conocer que las algas más antiguas y extensas muestran una mayor capacidad de almacenamiento.

“Nosotros estudiamos cómo las algas secuestraban carbono en los centros de cultivo. Hicimos un muestreo en los centros de cultivo y ahí demostramos a través de esta publicación que se hizo que las granjas de algas efectivamente secuestran carbono. Y bueno, eso se hizo en Asia, América del Norte, América del Sur, Europa, en Australia, en un estudio en conjunto por un grupo grande de investigadores”, comentó Ávila.

Un secreto en las profundidades del sur de Chile

En Chile, la región de Magallanes alberga vastos bosques submarinos de macroalgas, incluyendo Huiro Palo (Macrocystis pyrifera) y Cochayuyo (Durvillaea antarctica).

Estas especies no solo capturan carbono a través de la fotosíntesis, sino que también lo transportan al fondo marino, contribuyendo a su almacenamiento a largo plazo. Investigadores como el Dr. Andrés Mansilla (UMAG y CHIC) han resaltado que estos bosques submarinos, que pueden alcanzar hasta 60 metros de altura y cubren 1,73 millones de km², son comparables en su rol ecológico con la selva amazónica.

Se estima que una expansión global del cultivo de algas podría eliminar hasta 140 millones de toneladas de CO₂ al año para 2050.

“Lo importante acá también es la proyección que esto puede tener para que nosotros como país empecemos a participar de la creación de bonos de carbono a nivel mundial. Y eso nos estaría dando la base científica de poder demostrar que efectivamente las algas capaces de secuestrar carbono, y podríamos a futuro entrar en ese mercado que tiene relación con toda la economía regenerativa. Existen más focos de algas en Chile, pero al nivel de los bosques que estamos hablando y la cantidad de biomasa que hay, no existe nada igual en el país”, mencionó Andrés Mansilla .

Medición de carbono secuestrado

Además, científicos de la UMAG, CHIC y LEMAS, como la Dra. Johanna Marambio y el Dr. Jorge Amaya, están desarrollando modelos matemáticos para cuantificar con precisión el carbono secuestrado por estos bosques. Su objetivo es establecer una metodología verificable que permita la certificación de bonos de carbono basados en algas, un mecanismo que podría posicionar a Chile como líder en la economía regenerativa y la conservación marina.

“Lo importante es dar a conocer esta información y poner en valor estos ecosistemas. Chile tiene compromisos internacionales para reducir los gases de efecto invernadero y estos bosques submarinos representan una oportunidad única”, destacó Mansilla.

A pesar de que la creación del Parque Marino Islas Diego Ramírez-Paso Drake ya ha consolidado a Chile en la conservación oceánica, pero los investigadores enfatizan la necesidad de transformar estos hallazgos en políticas públicas concretas.