Mascar chicle podría hacernos ingerir miles de microplásticos, según un estudio de UCLA

Un nuevo estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha revelado que el chicle, un producto común en todo el mundo, puede liberar microplásticos en la saliva al ser masticado. Estas pequeñas partículas son ingeridas sin que las personas lo sepan.
Los microplásticos son fragmentos muy pequeños de plástico, que miden entre 1 micrómetro y 5 milímetros. Están presentes en muchos objetos de uso diario, como ropa, envases, tablas de cocina y productos de limpieza. Se estima que cada persona consume decenas de miles de estas partículas al año, a través de alimentos, bebidas y productos envasados.
Ahora, según este estudio, habría que añadir el chicle a la lista.
El experimento con chicles
El estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), fue presentado en la reunión anual de la American Chemical Society (ACS). En él, el equipo de investigación analizó siete marcas de chicles, tanto naturales como sintéticos. Una sola persona masticó siete chicles de cada marca por cuatro minutos. Se recogieron muestras de saliva cada 30 segundos para medir cuántos microplásticos se liberaban.
En promedio, se encontraron 100 microplásticos por gramo de chicle. Algunos liberaron hasta 600 microplásticos por gramo. Como un chicle puede pesar entre 2 y 6 gramos, eso significa que uno grande podría liberar hasta 3.000 partículas.
Si una persona mastica entre 160 y 180 chicles al año, podría llegar a ingerir unas 30.000 partículas de plástico.
Naturales y sintéticos: mismos resultados
El equipo descubrió que no había gran diferencia entre los chicles naturales y los sintéticos. Ambos liberaron cantidades similares de microplásticos. También contenían los mismos tipos de polímeros, como polietileno, polipropileno, tereftalatos y poliestireno.
El 94% de los microplásticos se liberaron durante los primeros ocho minutos al mascar. Por eso, los investigadores sugieren masticar el chicle durante más tiempo, en lugar de cambiarlo rápidamente por uno nuevo.
¿Debemos preocuparnos?
“No queremos alarmar a nadie”, explicó Sanjay Mohanty, investigador principal del proyecto. Pero señala que varios estudios con animales y células humanas muestran que los microplásticos pueden ser dañinos. Hasta que se tengan más datos, recomienda reducir la exposición a estas partículas.
El estudio no pudo detectar partículas más pequeñas de 20 micrómetros, por lo que podría haber aún más microplásticos o incluso nanoplásticos que no fueron identificados. Se necesitan más investigaciones para conocer el impacto real de estos hallazgos.
Contaminación ambiental
Además del posible daño para la salud, los chicles usados también contaminan el medioambiente. “El plástico que se libera en la saliva es una pequeña fracción del plástico que contiene el chicle”, afirmó Mohanty. “Es mejor no tirarlo fuera o pegarlo a una pared” porque es una fuente de contaminación.
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