Con la llegada de los astronautas: ¿Qué le pasa al cuerpo al estar tanto tiempo en el espacio?

Uno de los principales efectos de pasar tanto tiempo fuera de la Tierra es la pérdida de masa muscular y ósea, ya que en el espacio, los músculos encargados de mantener la postura y los huesos pierden su función debido a la falta de gravedad.
La misión de los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore a la Estación Espacial Internacional (EEI), a bordo de la nave Boeing Starliner, estaba programada para durar solo ocho días en junio de 2024. Sin embargo, debido a problemas técnicos, se extendió a nueve meses
Esta prolongada estadía en el espacio plantea una pregunta clave: ¿cuáles son los efectos de la microgravedad en el cuerpo humano?
El efecto en los músculos y huesos
Uno de los principales efectos de pasar tanto tiempo fuera de la Tierra es la pérdida de masa muscular y ósea, ya que en el espacio, los músculos encargados de mantener la postura y los huesos pierden su función debido a la falta de gravedad, lo que llega a causar atrofia muscular y desmineralización ósea.
De hecho, en solo dos semanas, los astronautas pueden perder hasta un 20% de su masa muscular y, en misiones más largas, de tres a seis meses, un 30%.
En cuanto a la masa ósea, pueden perder entre un 1% y un 2% cada mes que pasan en el espacio y hasta un 10% en un período de seis meses, si lo comparamos con su estancia en la Tierra, las personas mayores pierden masa ósea a un ritmo del 0,5% al 1% anual.
A pesar de que los astronautas se someten a rigurosos regímenes de ejercicios diarios para contrarrestar estos efectos, algunos estudios recientes sugieren que este entrenamiento no es suficiente para prevenir por completo la pérdida muscular.
Al regresar a la Tierra, los astronautas pueden experimentar problemas como dolor de espalda o hernias discales debido al alargamiento de su columna vertebral en el espacio.
Alteraciones en la visión y el sistema nervioso
Por otra parte, en el espacio, la sangre tiende a acumularse en la parte superior del cuerpo, lo que puede afectar la visión al provocar edemas en los ojos. Este fenómeno puede llevar a una disminución de la agudeza visual, que en algunos casos puede ser irreversible.
Además, los astronautas pueden experimentar cambios cerebrales debido a la ausencia de gravedad. Los estudios muestran que el rendimiento cognitivo de los astronautas puede verse afectado, ya que su cerebro necesita reajustarse a la gravedad terrestre tras su regreso.
En algunos casos, los ventrículos cerebrales también pueden dilatarse y tardar hasta tres años en recuperar su tamaño normal.
La microbiota y el sistema inmunológico
La exposición a la radiación cósmica y las variaciones en la dieta afectan la microbiota intestinal de los astronautas, lo que puede alterar su salud digestiva y su respuesta inmunológica.
Además, estudios han demostrado que los astronautas experimentan una disminución en el recuento de glóbulos blancos y cambios en la expresión génica relacionados con el estrés y la inflamación.
El impacto en la piel y el ADN
Otro de los efectos menos conocidos de la microgravedad es su influencia en la piel y el ADN.
Por ejemplo, después de su regreso a la Tierra, Scott Kelly, uno de los astronautas con mayor experiencia, presentó erupciones cutáneas y mayor sensibilidad en la piel debido a la falta de estimulación durante su misión.
Además, el viaje espacial también afecta la longitud de los telómeros, estructuras en el ADN responsables de proteger nuestros genes.
“Lo más sorprendente fue el hallazgo de telómeros significativamente más largos durante el vuelo espacial”, afirma Susan Bailey, profesora de Salud Ambiental y Radiológica en la Universidad Estatal de Colorado.
A pesar de que los telómeros se alargan durante el vuelo espacial, se acortan rápidamente al regresar a la Tierra, lo que podría tener implicaciones para el envejecimiento y la salud a largo plazo.
“También fue inesperado que la longitud de los telómeros se acortó rápidamente al regresar a la Tierra para todos los miembros de la tripulación. De particular relevancia para la salud a largo plazo y el envejecimiento, los astronautas en general tenían muchos más telómeros cortos después del vuelo espacial que antes”, indicó.
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