Después de que entraran en vigor los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a Canadá y México, y que las importaciones chinas sufrieran un alza del 10%, duplicando así el gravamen ya existente y alcanzando un 20% en total; la reacción de estos países no se hizo esperar, desatando una guerra comercial con consecuencias que podrían extenderse a nivel global.
Impacto en Canadá: Tensión con EE.UU. y consecuencias en sectores claves
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reaccionó de inmediato calificando las medidas de Washington como una “guerra comercial” injustificada contra su país, su socio comercial y aliado más cercano.
De hecho, Trudeau aseguró que “Trump quiere que la economía de Canadá colapse para anexarnos”.
En respuesta, Canadá impuso aranceles del 25% a importaciones estadounidenses por un valor de 30.000 millones de dólares canadienses (20.740 millones de dólares estadounidenses), afectando productos como jugo de naranja, mantequilla de maní, vino, licores, cerveza, electrodomésticos, ropa y motocicletas.
Además, Trudeau anunció que su gobierno llevará la disputa a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y a los órganos de resolución de conflictos del T-MEC. Ontario, la provincia más grande de Canadá, también tomó represalias, prohibiendo a empresas estadounidenses participar en compras gubernamentales y rescindiendo su contrato con Starlink, la compañía de internet satelital de Elon Musk.
Si EE.UU. mantiene sus aranceles, Canadá ya advirtió que en 21 días más podría imponer una nueva ola de gravámenes sobre otros 125.000 millones de dólares canadienses en importaciones estadounidenses.
El impacto en Canadá podría ser significativo, especialmente en sectores como la energía, ya que Estados Unidos aplicó un gravamen del 10% al petróleo, gas natural y electricidad canadienses. Esto podría encarecer las exportaciones y afectar la competitividad de la industria energética canadiense.
México: Presión para negociar y posible escalada
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha solicitado una llamada con Trump este jueves con la esperanza de frenar los aranceles. Sin embargo, ya ha adelantado que anunciará medidas arancelarias y no arancelarias este domingo 9 de marzo.
México, como uno de los mayores exportadores de bienes a EE.UU., se encuentra en una posición vulnerable, especialmente en sectores como la manufactura y la agroindustria. Si los aranceles continúan, se espera que el gobierno mexicano implemente represalias en sectores estratégicos que afecten directamente a la economía estadounidense.
El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, mencionó que existe la posibilidad de alivios arancelarios para México y Canadá dentro del marco del T-MEC, lo que sugiere que aún hay margen para la negociación antes de una escalada mayor.
China: Un frente económico con efectos globales
Desde Pekín, la respuesta ha sido contundente. En represalia a los aranceles de Trump, China ha impuesto nuevos gravámenes del 10% y 15% sobre productos agropecuarios estadounidenses, incluyendo trigo, maíz, pollo, soja, carne de cerdo y vacuno, frutas y productos lácteos. Estos aranceles se suman a los impuestos previamente establecidos sobre el carbón, gas natural licuado, petróleo crudo, maquinaria agrícola y automóviles de gran cilindrada provenientes de EE.UU.
El impacto de esta guerra comercial con China se sentirá a nivel global. Una desaceleración en la economía china afectará especialmente a países exportadores de materias primas, como Chile y Perú, que dependen de la demanda china para mantener el crecimiento de sus sectores minero y agrícola.
Específicamente para Chile, la incertidumbre en los mercados podría generar movimientos sobre el dólar y afectar la capacidad del Banco Central para bajar la tasa de interés, limitando su margen de maniobra en la política monetaria.
Efectos en la economía global y próximos pasos
El endurecimiento de los aranceles por parte de Trump también amenaza con extenderse a la Unión Europea y a otras economías emergentes como Chile y Perú. La administración estadounidense estudia la posibilidad de imponer nuevos gravámenes del 25% sobre la importación de automóviles y mayores restricciones en sectores tecnológicos y farmacéuticos.
Mientras el mundo observa cómo evolucionará esta guerra comercial, el impacto en los mercados ya es evidente. La incertidumbre ha generado una caída en las bolsas y ha encarecido el comercio internacional, lo que podría afectar la inflación y el crecimiento económico global.
Por ahora, la respuesta de Canadá, México y China marca el inicio de una confrontación económica que podría redefinir las relaciones comerciales en los próximos meses.
