Según el último Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) publicado por Transparencia Internacional, el 2024 marca un preocupante deterioro en la lucha contra la corrupción a nivel mundial. De hecho, por primera vez en más de una década, más países han empeorado que mejorado en sus niveles de corrupción. Según el IPC los países que más preocupan son Venezuela, Rusia y Bielorrusia.
Metodología de investigación
Este informe, que evalúa la corrupción en el sector público de 180 países y territorios, indica que 47 países han experimentado un descenso significativo desde 2012, mientras que solo 32 han mostrado mejoras.
La medición se basa en 13 fuentes de datos, incluyendo el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial y empresas privadas de riesgo y consultoría, con una escala de puntuación de 0 a 100, donde 0 representa algo muy corrupto y 100 algo muy limpio.
El presidente de Transparencia Internacional, François Valérian, advirtió que “la corrupción es una amenaza global en evolución que hace mucho más que socavar el desarrollo: es una causa clave del declive de la democracia, la inestabilidad y las violaciones de los derechos humanos”.
¿Cuáles son los casos más preocupantes?
Por su parte, Venezuela ha obtenido una puntuación de 10 sobre 100, posicionándose entre los tres países más corruptos del mundo, solo superando a Somalia (9) y Sudán del Sur (8).
Le sigue Rusia, que ha descendido cuatro puntos, ubicándose en 22. Desde Transparencia Internacional mencionaron que la invasión a Ucrania en 2022 por parte de Moscú en febrero de 2022 “ha afianzado aún más el autoritarismo”.
Además, se han documentado casos de corrupción en proyectos ambientales financiados por organismos internacionales, como la malversación de millones de dólares destinados a un proyecto financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y gestionado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que tenía como objetivo reducir emisiones mediante el fortalecimiento de estándares de eficiencia energética.
Bielorrusia, con una puntuación de 33, también muestra un deterioro continuo de sus instituciones democráticas y el Estado de Derecho, alineándose con la tendencia de los regímenes no democráticos, que promedian apenas 33 puntos en comparación con los 73 puntos de las democracias plenas.
En este sentido, Valérian enfatizó la necesidad de que la comunidad internacional y cada nación prioricen la lucha contra la corrupción para frenar el avance del autoritarismo y garantizar un mundo más libre y estable: “Esto es crucial para hacer retroceder el autoritarismo y asegurar un mundo pacífico, libre y sostenible”.
Índice Global
En el otro extremo del espectro, Dinamarca lidera el ranking con 90 puntos, seguido por Finlandia (88) y Singapur (84). Nueva Zelanda, con 83 puntos, ha salido del top tres por primera vez desde 2012.
Estados Unidos ha registrado un descenso preocupante, bajando de 69 a 65 puntos y cayendo del puesto 24 al 28, debido a la debilidad en los mecanismos de aplicación de su reciente código ético en el Tribunal Supremo. Francia, Alemania y Canadá también han mostrado retrocesos en sus puntuaciones.
América Latina
Más de dos tercios de los países del mundo obtuvieron puntuaciones inferiores a 50, lo que indica altos niveles de corrupción. En América Latina, el promedio regional es de 42 puntos, con Uruguay como el país mejor calificado con 76 puntos, seguido por Chile con 63. Argentina mantiene 37 puntos, pero preocupa la limitación al acceso a la información pública.
Le sigue México, país que ha sufrido una de las caídas más pronunciadas, perdiendo cinco puntos en un año hasta llegar a 26, reflejando el fracaso de las políticas anticorrupción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En el extremo inferior, Nicaragua (14) y Haití (16) acompañan a Venezuela como los países más corruptos de la región.
Advertencias del informe
Además, el informe señala que la corrupción está dificultando los esfuerzos para frenar el cambio climático y provocando un deterioro ambiental en toda la región.
En Brasil, por ejemplo, se registraron 24 casos de fraude, corrupción y lavado de dinero vinculados al tráfico de especies silvestres. La situación es especialmente crítica para los defensores del medio ambiente. A pesar de que 25 países de América Latina han suscrito el Acuerdo de Escazú para proteger a estos activistas, la región sigue siendo la más peligrosa para quienes luchan por la preservación del medio ambiente.
A pesar del sombrío panorama, algunos países han logrado avances, como Guatemala, que mejoró dos puntos, y República Dominicana, que ha subido seis puntos en los últimos cuatro años gracias a reformas en la participación ciudadana y la digitalización de funciones públicas.