La cordillera de Los Andes, además de ser uno de los registros naturales más lindos e imponentes de Chile, es crucial para el ecosistema nacional.
En este sentido, estudios recientes señala que la cadena montañosa que acompaña a nuestro país con casi todo el territorio nacional presenta un grave deterioro en su cobertura nival en Los Andes extratropicales, presente entre la Región de Antofagasta y la Región de los Lagos.
Debido a esta compleja situación, la crisis hídrica que enfrenta Chile podría verse muy agravada, advierten investigaciones de expertos chilenos, ya que el deshielo de las montañas andinas es la principal fuente de agua para el consumo humano la zona central de Chile, además de la usada en la agricultura y la energía hidroeléctrica
En concreto, en Chile central se ha perdido más de 3.500 kilómetros cuadrados de capas de nieve en los últimos 20 años, es decir, un área seis veces más grande que Santiago.
Según los expertos, esta situación se debe en gran parte a la migración de los vientos del oeste del hemisferio sur hacia los polos que se ve impulsada por una tendencia positiva en el Modo Anular del Sur (SAM) influidos por los patrones climáticos en las latitudes meridionales.
Estos datos fueron hallados luego de analizar las tendencias de la capa de nieve en 19 cuencas hidrográficas, gracias a la utilización de Espectrómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS) de la NASA. Uno de los principales resultados de este estudio es que todas las cuencas revisadas se han visto afectadas por la reducción de nieve.
“El ritmo al que retrocede la capa de nieve afectará gravemente la disponibilidad de agua en una región que ya enfrenta estrés climático”, advirtió el académico de la U. de Santiago y autor principal del estudio, Raúl Cordero.
Los peligros de la pérdida de agua en la cordillera
De igual manera, el experto detalló que Los Andes chilenos, entre la Región de Antofagasta y la Región de los Lagos, pierden cerca de un 19% de cobertura de hielo por década.
“En buena medida la dramática pérdida de cobertura nival se explica por la caída en las precipitaciones nivales. En las últimas décadas las precipitaciones han estado disminuyendo en esta región del mundo y además, como agravante, hoy llueve en zonas en las que hasta hace pocas décadas nevaba. Precipita menos y además lo poco que precipita no lo hace en forma de nieve”, explicó.
Esta lamentable situación ha llevado a que los ríos nacionales también disminuyan notablemente su caudal. Según los investigadores, al menos diez ríos chilenos, como el Maipo o el Mapocho en Aconcagua, han tenido caídas anuales de más un 40% en las últimas cuatro décadas.
“Estas tendencias negativas son resultados de cambios en la circulación atmosférica en torno a la Antártica que han aumentado significativamente la frecuencia de sequías en buena parte del país”, comentó Cordero.
Siguiendo esta línea, el académico detalla que “los vientos en torno al continente antártico se han fortalecido y corrido hacia el sur, afectando los patrones de precipitación a escala hemisférica. Los Andes chilenos son uno de los grandes perdedores en esta redistribución de las precipitaciones que ha ocurrido en las últimas décadas en el hemisferio”.
Un complejo futuro
La situación no se ve muy positiva para la Cordillera chilena, pese a que fenómenos como El Niño han mejorado, en parte, las precipitaciones en las alturas.
“El escenario más probable es que la tendencia observada en las últimas dos décadas se mantenga o empeore”, adelanta Raúl Cordero.
Así también, el experto indica que “la pérdida de nieve estacional, que alimentan los ríos de la zona central durante el verano, es además una amenaza grave para la provisión de agua en la zona central”.