En Chile, el pan —en especial la marraqueta— es un infaltable para la once, aunque muchas veces es mal mirado por las personas que quieren bajar de peso o mejorara su dieta.
Y es que este alimento ha sido estigmatizado como uno que genera malos efectos para la salud, incluso, siendo asociado a la diabetes o a la hipertensión.
Frente a este escenario, el académico de la Universidad del País Vasco, Fabián Cuenca, decidió investigar qué hay de cierto detrás de la creencia de que el pan genera estas enfermedades.
Como resultado, el experto concluyó en un artículo publicado en The Conversation que, en realidad, las mencionadas afecciones son multifactoriales, es decir, el pan no puede provocarlas por sí solo.
De hecho, integrar ciertos tipos de pan a la dieta diaria puede llegar a ser positivo, al aportar fibra dietética, vitaminas y minerales, que ayudan a la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
“El pan no es inherentemente dañino. Las afirmaciones extremas sobre su consumo pasan por alto su complejidad”, profundizó, resaltando que, al igual que todos los alimentos, este debe ser consumido responsablemente y de manera moderada.
De igual manera, el experto detalló que “como parte de una dieta balanceada con alimentos frescos, granos enteros, frutas, verduras y grasas saludables, el pan puede ser el complemento que proporciona energía y nutrientes esenciales”.
Los beneficios del pan
Otros de los aspectos positivos del pan que resaltó Cuenca es el aporte de fibra y carbohidratos complejos que entrega. En esta línea, estos últimos “tienen un efecto moderado y sostenido sobre la glucosa en sangre, lo cual puede ayudar a prevenir la resistencia a la insulina y, en última instancia, la diabetes tipo 2″.
“El índice glucémico de ciertos tipos de pan es menor comparado con otros alimentos ricos en azúcares simples. Además, la presencia de fibra ralentiza tanto la digestión como la absorción de glucosa”, sostuvo.
Así también, el investigador se refirió a la presencia del gluten en el pan, lo que aparta a muchas personas del consumo de este alimento.
En este sentido, Cuenca define que, para aquellas personas celiacas, efectivamente consumir pan es dañino, pero para aquellas personas que no han sido diagnosticadas con esta condición, consumirlo no genera ningún efecto.
“El daño lo puede generar consumir sin necesidad muchos productos sin gluten que, paradójicamente, están más procesados y contienen menos nutrientes y menos fibra que los elaborados con gluten”, apuntó.
“El pan puede contener compuestos con acción antioxidante y compuestos antiinflamatorios que pueden reducir el daño celular y la inflamación sistémica”, agregó.