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534 días de cárcel, siete horas de defensa y un indulto: Más allá de “El lugar de la otra”, la verdadera historia María Carolina Geel

El hijo del abogado defensor de María Carolina Geel, Tomás Concha, recordó que en esos años aún existía la pena de muerte, pena que fue derogada en 2001 durante el gobierno de Ricardo Lagos. “Este era un caso bastante difícil de defender, a una persona que actúa a vista y paciencia  de todo el mundo, dispara más de un tiro y a menos de un metro de distancia  (…) Había un riesgo que esto se escapara de las manos para la defensa”. 

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16 Octubre, 2024

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El pasado viernes 11 de octubre Netflix estrenó la película chilena “El lugar de la otra”, una historia de época y de corte feminista dirigida por Maite Alberdi.

“Chile, 1955. “Cuando la popular escritora María Carolina Geel, seudónimo de Georgina Silva Jiménez, asesina a su amante, el caso cautiva a Mercedes, la tímida actuaria del juez encargado del caso. Después de visitar el departamento de la escritora, Mercedes comienza a cuestionar su vida, identidad y el rol de la mujer en la sociedad al encontrar en ese hogar un oasis de libertad”, relata la sinopsis.

 

María Carolina Geel fue una escritora chilena que pasó a la historia por su aporte a la cultura nacional, pero también por protagonizar uno de los crímenes más impactantes.

La escritora de obras como “El mundo dormido de Yenia” o “Extraño estío” llevó a la ficción la vida femenina como nunca se había conocido, durante mediados del siglo XX.

Sin embargo, su historia está marcada por la tragedia en uno de los lugares más emblemáticos de Santiago, el mítico Hotel Crillón, donde la escritora debía tener una cita con su pareja.

El asesinato de Pumarino

Geel se había divorciado dos veces, tenía un hijo y vivía sola en Santiago. Trabajaba en la Caja de Empleados Públicos y Periodistas como secretaria y a la par desarrollaba su carrera como escritora. Su primera novela fue El mundo dormido de Yenia (1946), a la que le siguió Extraño hastío (1947) y Soñaba y amaba el adolescente Perces (1949). El ensayo Siete escritoras chilenas (1949) la ubicó en el lado de la no ficción, gracias a sus reseñas de las autoras María Luisa Bombal, Marta Brunet, Amanda Labarca, María Monvel, Chela Reyes y Luz de Viana.

En su trabajo de oficinista conoció a Roberto Pumarino: socialista, dirigente de la Asociación Gremial de los Empleados Fiscales, separado y con un hijo. Era ocho años menor que ella y pronto entablaron una relación intensa. Él, tras la muerte de su esposa en 1955, le pidió matrimonio a Geel, pero esta lo rechazó.

El mediático crimen ocurrió el 14 de abril de 1955. La escritora había citado a Pumarino en el Hotel Crillón para una reunión a la hora del té. Ella llegó después que él, con una pistola Baby Brownin, calibre 6.35, en el bolsillo del abrigo. Con esa arma, y a vista y paciencia de los otros comensales, perpetró cinco disparos a quien era su amante, causándole la muerte.

María Carolina Geel fue sentenciada en el fallo de primera instancia a 541 días de prisión y más tarde, el veredicto de la sexta sala de la Corte de Apelaciones la condenó definitivamente a la pena de tres años y un día, porque, entre otras cosas se concluyó que “si bien la reo actuó en el delito con un control disminuido de sus impulsos, no se encontraba totalmente privada de razón”. 

La defensa de María Carolina Geel hasta las lágrimas

Tomás Concha, hijo del abogado defensor de la escritora comentó en conversación con Radio Duna que “mi padre pertenecía a un  grupo de criminalistas de primera línea y la defensa le tocó a él. Este caso le tomó mucho a nivel emocional, fue un año y medio muy intenso para él”.

Asimismo, explicó que Malaquías Concha “durante un año y medio trabajó completamente solo, nunca tuvo abogados procuradores ni otro estudio de abogados”.

La última defensa de Concha realizada a Geel se llevó a cabo el 5 de abril de 1956, donde tal como explicó el hijo del abogado “se estaba jugando la libertad de la escritora”. 

“Se vivió con mucha emoción (…) tuvo un desgaste tremendo emocional, incluso lo terminó emocionalmente comprometido, se le cayeron las lágrimas. Fue una cosa muy fuerte para él, me acuerdo que llegó a la casa muy cansado y sensibilizado”, afirmó.

Asimismo, recordó en esos años aún existía la pena de muerte, pena que fue derogada en 2001 durante el gobierno de Ricardo Lagos. “Este era un caso bastante difícil de defender, a una persona que actúa a vista y paciencia  de todo el mundo, dispara más de un tiro y a menos de un metro de distancia  (…) Había un riesgo que esto se escapara de las manos para la defensa”. 

 

 

 

El indulto a María Carolina Geel

María Carolina Geel fue enviada a un convento en lugar de a una prisión convencional, donde, gracias al apoyo de intelectuales como la poeta Gabriela Mistral, fue indultada tres años después por la justicia chilena y logró continuar su obra literaria.

Mistral, que ya era ganadora del Nobel de Literatura y vivía en Nueva York, se enteró del encarcelamiento de Geel, y le escribió una carta al mandatario Carlos Ibáñez del Campo. Con fecha el 13 de agosto de 1956, la poeta escribió: “Respetuosamente suplicamos a V.E. indulto cabal para María Carolina Geel que deseamos las mujeres hispanoamericanas. Será esta, una gracia inolvidable para todas nosotras”, se lee en el documento que está disponible en la Biblioteca Nacional Digital.

Ibáñez del Campo respondió 15 días después a la petición de la escritora. “Respetada Gabriela: He vacilado un instante en la forma cómo dirigirme a mi ilustre compatriota. Pero sus admirados libros crean una familiaridad que permite el trato tan directo. Sepa mi estimada amiga, que en el instante en que usted formula una petición, esta es un hecho atendido y resuelto”, se lee en la misiva.

“Considere, pues, desde ya indultada a María Carolina Geel. Con la cordialidad y admiración de siempre le saluda su amigo y Presidente, para quien ha sido gratísimo el poder aceptar esta petición tan humana y emotiva”, cierra el texto.

 

María Carolina Geel sale de la cárcel

Por fin, luego de 534 días (un año, cuatro meses y diez días) de reclusión en la Casa Correccional ubicada en la calle Lira 133, Georgina Silva Jiménez saldría en libertad.

La salida de la cárcel de la escritora y de su abogado fue cinematográfica. Todos los periodistas policiales y sus reporteros gráficos se apostaron desde las primeras horas de aquel martes de septiembre, a la entrada del recinto penal para bloquear la salida de Carolina, y poder obtener una foto.

Debido a la asedio de la prensa, Geel fue a la casa de su abogado primero. El hijo de su defensor, Tomás Concha, pudo compartir con la escritora.

 “Llegó a la casa, se le atendió muy bien, tuvimos una conversación familiar con ella y se habló que se iba a vivir a México”, recordó.

Hubo sólo un periodista que logró entrevistarla ese mismo día, es más la acompañó dentro del taxi durante toda esta cinematográfica fuga. El fue Alfredo Riveros del diario “Las noticias de Ultima Hora” que al día después del suceso, publicó una extensa crónica relatando cada detalle con la Geel.

Según el mismo medio, fue la propia María Carolina Geel la que pidió a su abogado que hiciera posible una entrevista con este medio, absolutamente exclusiva.

Revisa la crónica aquí:

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