El calentamiento global y el cambio climático ha venido afectando a una serie de zonas del mundo, que han venido variando en los últimos años, y que ahora han perjudicado enormemente a la Antártida.
Y es que ahora, los espacios que se acostumbraba a estar llenos de hielo ahora no lo están. En cambio, y ante el aumento en las temperaturas, han comenzado a surgir cada vez más musgos, líquenes y otras especies que se han ido adaptando al clima.
Frente a esto, las universidades de Exeter y Hertfordshire, y el British Antarctic Survey, han comenzado a estudiar la situación de la Antártica, descubriendo que hay un cambio muy rápido en la vegetación del lugar.
“Este cambio no solo es rápido sino extenso. Podríamos estar viendo los primeros signos de una alteración significativa en uno de los últimos rincones vírgenes del planeta”, advirtió el doctor Thomas Roland.
En concreto, en 37 años, la vegetación ha crecido 10 veces, pasando de cubrir menos de un kilómetro cuadrado en 1986 a cerca de 12, en la actualidad.
La principal explicación para esta situación es el aumento de la temperatura en la zona —mayor al promedio del resto del planeta—, lo que se le ha llamado como cambio climático antropogénico.
“Lo que antes eran extensiones blancas y azules de hielo y nieve, ahora muestran manchas de verde que aumentan cada año”, resaltó el doctor de la Universidad de Hertfordshire, Olly Bartlett.
Cómo el calentamiento global ha ido afectando la Antártida
El cambio en la Antártida producto de la situación climatológica, es bastante complicada, ya que al aparecer cada vez más vegetación y especies invasoras, el ecosistema se ve afectado junto a la biodiversidad y dinámica ecológica.
“La introducción de especies no nativas, ya sea accidentalmente por humanos o naturalmente por aves migratorias, podría tener consecuencias devastadoras para los ecosistemas autóctonos”, dijo el doctor Bartlett.
Por otro lado, Roland, resaltó el uso de imágenes satelitales para analizar la situación en la Antártida, que “permiten monitorear cómo y dónde cambia la cobertura de nieve, proporcionando evidencia irrefutable del impacto del cambio climático en regiones remotas”.
“El paisaje sigue estando dominado casi en su totalidad por nieve, hielo y rocas, con solo una pequeña fracción colonizada por vida vegetal. Pero esa pequeña fracción ha crecido drásticamente, lo que demuestra que incluso esta vasta y aislada ‘naturaleza salvaje’ se está viendo afectada por el cambio climático antropogénico”, profundizó.
Frente a esta grave situación, los investigadores subrayaron que es necesario comenzar a combatir el cambio climático y el calentamiento global: “Es imperativo que tomemos acción ahora. No solo para proteger la Antártida, sino para preservar la integridad de nuestro planeta”.
“La sensibilidad de la vegetación de la Península Antártica al cambio climático es ahora evidente y, en el futuro, con el calentamiento antropogénico, podríamos ver cambios fundamentales en la biología y el paisaje de esta región icónica y vulnerable”, recalcó Ronald.