La polémica detrás de la boxeadora argelina Imane Khelif que ganó en 46 segundos y que no había pasado pruebas de género hace un año
En realidad, la africana es una mujer cisgénero, es decir, nació como mujer y se reconoce como tal. De hecho, desde el Comité Olímpico Argelino se criticó las “mentiras” y “difamaciones” en contra de la atleta.
Cuando el combate entre la boxeadora argelina Imane Khelif y la italiana Angela Carini, llevaba solo 46 segundos, la europea decidió retirarse de la pelea. “Sentí un fuerte dolor en la nariz y, con la madurez de un boxeador, dije ‘basta'”, explicó después.
Pero la imagen más fuerte vendría posteriormente, cuando la atleta derrotada se arrodilló en el centro del ring y comenzó a llorar desconsoladamente. Ante esta escena, la ganadora consoló a la italiana con palmadas en la espalda.
Inmediatamente después de la pelea comenzó la polémica debido al historial de la argelina Imane Khelif, quien había sido acusada de ser transgénero, debido a que en 2023 no se le permitió competir en el campeonato mundial por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) y ya en la previa de los Juegos Olímpicos se había criticado su presencia.
Lo cierto es que en realidad, la africana es una mujer cisgénero, es decir, nació como mujer y se reconoce como tal. De hecho, desde el Comité Olímpico Argelino se criticó las “mentiras” y “difamaciones” en contra de la atleta.
Es más, la boxeadora ya había competido en los últimos Juegos Olímpicos, en Tokio 2020, pero no se generó este revuelo. Desde la institución africana condenaron los “ataques y difamaciones poco éticos contra nuestra estimada atleta, Imane Khelif, con propaganda infundada de ciertos medios de comunicación extranjeros”.
Otro aspecto a considerar es que en Argelia está prohibido tanto el cambio de género, como las operaciones o intervenciones corporales para modificar su identidad, lo que hace imposible que Khelif pueda modificar su pasaporte con el que se presenta ante el Comité Olímpico Internacional (COI).
El origen de la polémica de Imane Khelif
Las acusaciones contra la argelina comenzaron cuando en marzo de 2023, la IBA la inhabilitó de participar en sus competencias, ya que no cumplió “con los criterios de elegibilidad para participar en la competencia femenina, tal como se establece y se establece en el Reglamento de la IBA”.
“Esta decisión, tomada después de una revisión meticulosa, fue extremadamente importante y necesaria para mantener el nivel de imparcialidad y la máxima integridad de la competencia”, detalló la organización mediante un comunicado publicado hoy.
Además, aclararon que, en realidad, la mujer no se sometió a un examen de testosterona, sino que “una prueba independiente y reconocida, cuyos detalles se mantienen confidenciales”, donde “no cumplía los criterios de elegibilidad necesarios y se determinó que tenía ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas”.
“Imane Khelif inicialmente apeló la decisión ante el TAS, pero retiró la apelación durante el proceso, lo que también hizo que la decisión de la IBA fuera legalmente vinculante”, agregaron.
Ahora, la determinación de la IBA no es aplicable a las competencias de los Juegos Olímpicos, ya que el ente que rige estas competiciones es el Comité Olímpico Internacional (COI), el cual aplicó pruebas a la argelina las cuales pasó, lo que le permitió competir en París 2024.
Por otro lado, el COI suspendió al IBA de participar en la organización del boxeo en los últimos dos Juegos Olímpicos, tras una serie de actos de corrupción y amaños de combates por parte de la asociación presidida por el ruso Umar Kremlev.
El llanto de la italiana Angela Carini
Algo que avivó la polémica fue el llanto de la deportista italiana Angela Carini tras perder su combate ante la argelina, donde una serie de personas en las redes sociales lo atribuyeron a la frustración de pelear con una persona trans, incluso se comentó que la europea alegó por la presencia de Imane Khelif en los JJ.OO, lo que no es cierto.
“No estoy aquí para juzgar ni emitir juicios. Si un atleta es así, y en ese sentido no está bien o está bien, no me corresponde a mí decidirlo. Simplemente hice mi trabajo como boxeador. Subí al ring y peleé. Lo hice con la cabeza en alto y con el corazón roto por no haber terminado el último kilómetro”, dijo la italiana al bajarse del ring.
De hecho, aclaró que el llanto se debía a una antigua anécdota con su padre en el ciclismo, quien le decía que debía pedalear hasta el último kilómetro, algo que no logró.