De luces y sombreas: La imborrable carrera de Ray Charles a 20 años de su muerte

Ya para el cierre de su carrera, tras superar este oscuro pasaje de su vida, logró retomar su creatividad e incluso, logró realizar una última grabación en vida.

Para mí la música es como respirar. Tengo que hacerlo. Es parte de mí”, dijo en algún momento Ray Charles. Y es que uno de los músicos más importantes de la historia vivió por y para sus sonidos.

Pese a que en la actualidad su carrera es reconocida como una de las piezas fundamentales en la música contemporánea, su vida estuvo llena de luces y sombras.

Si bien su origen es en Georgia, Estados Unidos, su carrera despegó en Seattle, donde dio los primeros conciertos y empezó a generar su característica voz y desplante sobre el escenario, alcanzando rápidamente el éxito.

Su música se expandió por toda América, llegando hasta Europa, destacándose por su gran abanico de estilos que explotó, desde el blues, rhythm and blues, el góspel, hasta el soul.

Sin embargo, la carrera de El genio no todo fue música, ya que en la cúspide de su carrera conoció en uno de sus peores enemigos: las drogas.

Producto de su grave adicción a la heroína, vio truncada por cerca de veinte años su creatividad, debiendo rehabilitarse múltiples veces, incluso llegando a ser detenido por almacenar una gran cantidad de estupefaciente.

Ya para el cierre de su carrera, tras superar este oscuro pasaje de su vida, logró retomar su creatividad e incluso, logró realizar una última grabación en vida.

En agosto de 2004, dos meses después de la muerte de Ray Charles se lanzó Genius Loves Company, un disco donde realizó 12 duetos con diversos artistas y que le entregó póstumamente ocho premios Grammy y millones de ventas alrededor del mundo.