Durante la cuenta pública, el Presidente Gabriel Boric aún no anunciaba la intención de enviar un proyecto de ley que despenaliza el aborto y una serie de parlamentarios de oposición ya se habían levantado de sus sillas y retirado del salón de honor del Congreso Nacional.
Y es que ya sabían lo que se venía, pues horas antes de que se iniciara el discurso presidencial, la Secretaría de Comunicaciones colgó por error en su sitio web los anuncios que realizaría el Mandatario ese día, algo que generó un gran problema en el segundo piso de La Moneda, ya que la intención era evitar las filtraciones, incluso no enviando el discurso antes a la prensa, algo que es común en estas instancias.
Así las cosas, aquella imagen, donde congresistas ligados a Republicanos, la UDI y RN vaticinaba que el anuncio del jefe de Estado marcaría un nuevo cambio en las relaciones entre el Ejecutivo y la Derecha.
Incluso, el escenario para el Gobierno se volvió más complejo, ya que lo inesperado del mensaje provocó gran molestia en la Democracia Cristiana, que amagó con soltar los lazos que tenía con Palacio.
En la derecha, las primeras reacciones fueron claras: el anuncio de Boric generaba un quiebre en la búsqueda de acuerdos en el Congreso. “Con este discurso el Presidente Boric renuncia a los acuerdos y pone fin a su gobierno en materia legislativa. Él eligió polarizar, alejando de su gobierno incluso a la ex-Concertación”, escribió en X el diputado Guillermo Ramírez (UDI), el sábado.
Desde Republicanos fueron aún más duros, y anunciaron que cortarían las relaciones con el Ejecutivo, impidiendo la presencia de subsecretarios en las comisiones -algo que hasta ahora no han cumplido-.
“No pisar el palito”
Pese a las explosivas de las primeras declaraciones de la derecha, con el tiempo, estas se han ido matizando y decantando por las voces más moderadas dentro de la oposición.
En este sentido, el diputado RN Diego Schalper -reprendido erróneamente por el Presidente durante la cuenta pública- realizó un llamado a la oposición a “no ‘pisar el palito‘, porque precisamente lo que quiere el Gobierno es reeditar la polarización para alimentar su exigua votación a nivel de concejales y alcaldes. Después de la Cuenta Pública, el Gobierno no fue capaz de mejorar su popularidad y, por lo tanto, cometeríamos un error de polarizar la conversación, porque eso es lo que la izquierda quiere. Aquellos que plantean endurecer el diálogo o cortar las relaciones, le están enviando un balón de oxígeno a la izquierda radical”.
La tesis que se maneja en la derecha y que planteó precisamente el diputado, es que el Gobierno pretendía levantar la bandera del aborto para proteger el “30%” de apoyo al Presidente y que se marque la diferencia con la oposición.
Por otro lado, en su mismo partido, apostaron por mantener un tono dialogante, pese a las dificultades que generó el anuncio de Boric. De hecho, el timonel de RN, Rodrigo Galilea, planteó que su partido “seguirá conversando” y que es una “oposición constructiva”.
Misma línea siguió la senadora Ximena Ossandón, quien aseguró que “cortar relaciones es una utopía que al final nunca se termina dando. La oposición tiene roles claros que son sacar las propuestas que necesita la ciudadanía con proyectos técnicamente razonables y que sean capaces de permanecer en el tiempo. A veces nos toca colaborar y otras atajar”.
Por su parte, la UDI sostuvo un tono más crítico del Ejecutivo, marcando diferencias con RN y el Partido Republicano, aunque desde la directiva insistieron en que mantendrán la “vocación de acuerdos”.