Dentro del fast track de proyectos de seguridad que se discuten en el Congreso, uno de los principales es el que crea el Ministerio de Seguridad, el cual parece estar cerca de ser aprobado finalmente.
Sin embargo, uno de los puntos que trabaja la promulgación final de esta nueva cartera es sobre qué va a pasar con el Ministerio del Interior, secretaria donde se centra la responsabilidad de la seguridad pública.
Con la creación de este ministerio, especializado en el control del orden público, la cartera que hoy dirige Carolina Tohá perdería fuerza dentro del Estado, por lo que desde la oposición y el Gobierno se debaten sobre cuáles atribuciones debería tener en el futuro esta secretaría.
En este contexto, desde el Ejecutivo se ha planteado que en caso de promulgarse el Ministerio de Seguridad, Interior tome un rol completamente político dentro del Gobierno de turno, transformando al ministro del Interior en una especie de “superministro (a)”.
Si bien, en la actualidad Tohá toma importantes decisiones desde del comité político, estas situaciones son en su mayoría de facto, es por eso que dentro del Gobierno se presentaron una serie de propuestas para que esto quede definido por Ley.
Pese a ello, la mayoría de las indicaciones presentadas por el Ejecutivo, fueron rechazadas en la Cámara Baja, por lo que Tohá y el ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, pretenden reponerlas en el Senado.
¿Qué propone el Gobierno respecto al superministro (a)?
Principalmente, la propuesta del Gobierno es que el ministro o ministra del Interior -posterior a la implementación del Ministerio de Seguridad- pase a ser oficialmente el jefe de Gabinete, teniendo el rol de coordinar a los otros ministerios, llegando a tener la facultad de citar a consejos de gabinete.
Además, y con el fin de dotar de mayor relevancia a Interior, algunas funciones que hoy cumple la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), pasarían a manos de dicha cartera, como la supervisión estratégica del programa de Gobierno y el mandato de la Coordinación Interministerial y de Estudios.
Por otro lado, el titular de Interior tendría más potestades de cara al Presidente de la República, como el sugerirle proyectos de Ley, modificaciones a su gabinete, solicitar informes, presentar ideas a otros ministros, además de poder proponer estrategias, instrucciones y programas al Mandatario.
En concreto, la idea es que la importancia que se le da a quien lidera este ministerio- quien toma el cargo de vicepresidente mientras el jefe de Estado no está en el país o la posibilidad de llegar a ser Presidente en caso de la destitución o renuncia del Mandatario- quede explícitamente dispuesta por Ley.
Repercusiones
La primera discusión de la misiva no fue bien recibida por la oposición, quienes ven la propuesta del Gobierno como una reforma política e incluso un intento por crear una especie de primer ministro, al igual que los regímenes parlamentarios.
De hecho, el diputado de Renovación Nacional, Diego Schalper, zanjó que rechazaría cualquier propuesta que vaya en esa dirección.
Sin embargo, hay algunos parlamentarios de oposición que no descartan del todo estas propuestas del Ejecutivo, considerando que con la creación del Ministerio de Seguridad, Interior podría quedar con muy pocas atribuciones.
“Este es un proyecto de Estado, que trasciende al gobierno de turno y va a quedar para el futuro. Necesitamos un Ministerio del Interior empoderado, que sea un primus inter pares, que no solo firme los decretos, sino que tenga esa conducción política. Interior debe ser un ministro que dé las soluciones políticas”, apuntó el senador independiente- RN, Kenneth Pugh.
El presidente de RN, el senador Rodrigo Galilea también apuntó en esta dirección: “al crear un nuevo Ministerio de Seguridad, hay que repensar cuál es el rol del Ministerio del Interior. En algún momento se pensó que Interior iba a absorber la Secretaría General de Gobierno y eventualmente algunos de los roles de la Segpres. Ese es un tema que debiera analizarse”.
Por su parte, la senadora independiente-REP Carmen Gloria Aravena, señaló que “sabíamos que es difícil tener una jefatura de gabinete y representar al Presidente cuando no está en Chile y hacerse cargo de la seguridad. Es necesario revisar esas funciones”.