Artistas, profesoras, dueñas de casa, costureras, o simplemente madres. Millones de artistas, políticos, inventores o personas comunes y corrientes se han inspirado en sus mamás para hacer su trabajo.
Y es que en esta semana de celebración del Día de la Madre, es importante destacar a las grandes mujeres que han estado detrás de la vida y obra de los personajes más importantes de la historia.
Canciones, teorías e inventos que trascienden hasta hoy han sido a partir del cariño y amor de las madres que, sin ellas, no podríamos disfrutar del arte y la expresión.
Gladys, la madre del Rey
El 8 de enero de 1935 nació Elvis Aaron Presley, junto a su hermano gemelo, sin embargo, solo sobrevivió él. Dicha vivencia marcaría para siempre su vida, junto a la de su madre, Gladys Love Smith de Presley.
En una casa llena de pobreza se forjó el que llegaría a ser el Rey del Rock, que sobrevivió gracias al esfuerzo de su mamá, quien lo sobreprotegió debido al difícil recuerdo de la muerte de su otro hijo al momento de nacer.
Pero esta protección al final sería mutua, la que se consolidó luego de que el papá del Elvis cayera preso por falsificar un cheque.
Más adelante, sería Gladys quien impulsó a su hijo a introducirse al mundo de la música: le enseñó a bailar, a vestirse y a forjar su característico todo de voz. Ella creó la figura del Rey del Rock.
Por eso, cuando ella se fue, también se fue el monarca. Al morir, mientras realizaba de servicio en el ejército norteamericano, la carrera de Elvis también se acabó.
Luego de la muerte de su madre, el músico abandonó el rock, dejó de bailar arriba del escenario, se apagó esa chispa inédita en la historia de la música y finalmente los excesos acabaron con su vida.
La mentira (y el amor de madre) que inventó a un genio
“Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero gracias a una madre heroica se convirtió en el genio del siglo”, escribió el inventor de la electricidad en su diario.
Nancy Elliot tuvo siete hijos, el más pequeño era Thomas Alva Edison, quien no tenía muy buena reputación en la escuela. Pese a que su madre era profesora, el chico era muy distraído e impulsivo en la sala de clases.
Todo rebalsó cuando un día, Thomas llegó apresurado a su casa para mostrarle una nota enviada por la escuela a su madre. Cuando la mujer la vio, comenzó a llorar y le dijo al pequeño que la carta decía: “su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlos. Por favor, enséñele usted en casa”.
Y así lo hizo. A partir de aquel momento, Nancy comenzó a enseñarle por su propia cuenta a su hijo. Pero pasados los años, cuando el inventor ya era famoso y su madre había muerto, la historia cambió.
Mientras ordenaba sus cosas, Thomas Alva Edison encontró la carta original que leyó su madre. Al leerla, uno de los hombres más importantes en la historia comenzó a llorar.
Lo que realmente decía la nota era: “Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela”.
La ausencia que inspiró clásicos
El 31 de octubre de 1956, a los 47 años y producto de un cáncer, murió Mary McCartney, madre de Paul McCartney, quien en ese entonces tenía solo 14 años.
Aquel hecho marcó para siempre la vida de uno de los integrantes de una de las bandas más importantes en la historia de la música. El adolescente, lleno de rabia y dolor, decidió canalizar su frustración en la guitarra.
De hecho, una de las primeras composiciones de Paul fue precisamente pensando en su madre, I’ve Lost My Little Girl, escrita poco después de que Mary falleciera.
“No hace falta ser Sigmund Freud para reconocer que la canción es una respuesta muy directa a la muerte de mi madre. Murió en octubre de 1956, a la jovencísima edad de 47 años. Escribí esta canción ese mismo año”, confesó el músico en su libro Lyrics: 1956 to the Present (2021).
Aunque no sería la única pieza inspirada en su mamá. Tiempo después, el exBeatle hablaría de que la mítica Yesterday sería una forma de expresar la forma en que se sintió luego de ver morir a su mamá.
“Cada vez que llego a la línea I’m not half the man I used to be, recuerdo que había perdido a mi madre unos ocho años antes. Me han llegado a decir que es una canción de ‘perder a mi madre’, a lo que siempre he dicho: ‘No, no lo creo’. Pero, sabes, cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de que, después de todo, eso podría haber sido parte del trasfondo, de la inconsciencia que hay detrás de esta canción“, señaló McCartney.
Pero quizá la canción más emotiva respecto al sentimiento que tuvo el adolescente británico es Let It Be, y que además, se enmarca durante la etapa final del cuarteto de Liverpool. “Era el final de la carrera de los Beatles y habíamos empezado a grabar un nuevo álbum, la continuación de White Album. Como grupo, empezábamos a tener problemas. Creo que yo intuía que los Beatles se iban a separar, así que me quedaba despierto hasta tarde, bebía, me drogaba, salía de fiesta, como hacía mucha gente en aquella época”, contó en el libro The Right Words at the Right Time (2004).
Fue en ese contexto en que en medio de una borrachera, el bajista se fue a dormir, y vivió una experiencia que inspiraría el tema: “Mi madre, que murió alrededor de diez años antes, estaba en el sueño. Vino a mí a través del sueño“, detalló en el medio WIRED. “Parecía saber que yo estaba un poco tenso y dijo: ‘No te preocupes, las cosas van a estar bien. Solo déjalo ser'”, agregó.
Al despertar, se sentó en el piano y compuso la canción, pensando en las palabras que le dijo su madre en el sueño: Let It Be.
“Madre, tú me besas, pero yo te beso más”
El 7 de abril de 1889, nació en Vicuña Lucila de María Godoy Alcayaga, la Premio Nobel de Literatura y una de las mujeres más importantes en la historia de Chile.
La poesía y diversos escritos de Gabriela Mistral han inspirado a millones de personas, pero para la multifacética mujer, una de las mayores inspiraciones para su arte fue su madre: Petronila Alcayaga Rojas.
A los tres años, ambas fueron abandonadas por el padre de María, el poeta de origen español Juan Jerónimo Godoy Villanueva. Si bien, la poeta nunca le guardo rencor a su papá, junto a su madre debió recorrer una serie de ciudades de la región de Coquimbo.
Petronila, que era modista, siempre la acompañó e impulsó a que se introdujera en la docencia, donde también recibió ayuda de su hermana, con quien tenía gran cercanía.
Más adelante, la figura de su la madre de Gabriela Mistral inspiraría uno de los mejores poemas de la chilena, Caricia, o Madre Mía.
Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar…
Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar…
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar…
El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.
Los ojitos que me diste
me los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar…
En 1927, cuando Mistral se encontraba en México realizando una gran reforma educacional, el medio Familia, realizó un reportaje junto a Petronila Alcayaga, donde demostró el gran cariño que se tenían entre ambas.
La madre que inspiró el psicoanálisis
“La única relación que le aporta una satisfacción ilimitada a una madre es la que esta establece con su hijo; se trata, en efecto, de la más perfecta y menos ambivalente de todas las relaciones humanas”, escribió alguna vez Sigmund Freud, el llamado padre del psicoanálisis.
Y es que precisamente fue él quien planteó las grandes cercanías entre la madre y los hijos, aplicándolo en el complejo de Edipo. “También en mí comprobé el amor por la madre y los celos contra el padre“, confesó.
Esta cercanía se remonta desde su nacimiento, ya que al nacer, su madre, Amalia Nathansohn tenía solo 20 años y al ser el mayor de sus hermanos, siempre fue el “favorito de su madre”, una mujer temperamental y de carácter fuerte.
De hecho, su teoría de la infancia, se fundamenta precisamente a que la figura de su mamá fue clave en su vida, ya que su padre se casó tres veces y su último matrimonio fue con una mujer de 19 años, cuando él tenía el doble de edad.