Las implicancias del “simbólico” ataque de Israel a Irán
La acción militar de Israel habría sido limitado y concreto, con el fin de que la situación de tensión en el Medio Oriente tuviera un descenso en su intensidad.
En la madrugada de este jueves, en el medio oriente se encendieron las alarmas, nuevamente. Israel había iniciado un ataque directo contra una serie de puntos estratégicos en Irán, sin embargo, con el paso del tiempo, esto parece no tener un impacto mayor.
Por una parte, Irán ha intentado bajarle el perfil a la situación, señalando que en realidad, los ataques no han tenido un real impacto. Además, Israel ha mantenido silencio, sin adjudicarse ni negando su participación en el ataque.
Así, en Teherán han instalado la idea de que estos ataques podrían haber sido infiltraciones internas, de hecho, la agencia iraní Fars definió esta situación como explosiones provocadas por “varios objetos no identificados”.
En este sentido, en un inicio se generó preocupación de que el programa nuclear iraní, ubicado en Isfahán pudiera sufrir ataques por esta ofensiva, pero esto se descartó por el Organismo Internacional de la Energía Atómica de la ONU.
Ataques sin autor claro
De acuerdo a varios analistas internacionales, la manera de actuar desde Irán es una estrategia para disminuir la tensión en la región, con el fin de que los ataques que perpetuaron contra Tel Aviv el fin de semana pasado, no tengan mayores consecuencias.
De hecho, el jefe del programa de seguridad para Medio Oriente del Centro para una Nueva Seguridad Americana, Jonathan Lord, declaró que “parece indicar que Irán está tratando de bajar del precipicio, minimizar el impacto del ataque y tal vez bajando por la escalera desde aquí”.
Desde el gobierno de Benjamín Netanyahu se ha optado por mantener silencio ante estos ataques, algo que ha llamado la atención incluso en Israel, donde se ha criticado al primer ministro por no tener una postura ante la situación.
De hecho, Israel le había asegurado a Estados Unidos que la respuesta a los ataques iraníes no serían hasta pasada la fiesta de Pésaj, es decir, el 30 de abril.
“Un enorme alivio”
Frente a este escenario, la acción militar de Israel habría sido limitado y concreto, con el fin de que la situación de tensión en el Medio Oriente tuviera un descenso en su intensidad.
Al respecto, el exembajador israelí en Washington, Itamar Rabinovich, señaló a Reuters que “Israel trató de calibrar entre la necesidad de responder y el deseo de no entrar en un ciclo de acción y contrarreacción que escalaría sin cesar”.
“Hay un enorme alivio en toda la región del Golfo. Parece que el ataque fue limitado y proporcionado y causó daños limitados. Lo veo como una distensión”, comentó el veterano analista saudita Abdelrahman al-Rashed a la misma agencia.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, evitó referirse a la situación en Irán, limitándose a decir que: “No voy a hablar de eso excepto para decir que Estados Unidos no ha estado involucrado en ninguna operación ofensiva. Estados Unidos, junto con nuestros socios, continuarán trabajando para reducir la escalada”.
El “simbólico” ataque
El día elegido para realizar el ataque tendría un claro simbolismo, ya que el ayatola Alí Jamenei iraní cumplió 85 años aquel día, al menos según él.
Jamenei, quien desde 1989 está al mando del ejército y el Estado iraní, siendo el principal líder del régimen islamita.
Él se ha transformado en uno de los principales opositores de la existencia de Israel, teniendo constantes conflictos con el Estado del Medio Oriente.
“Nuestra esperanza es que, con la gracia de Dios el mundo islámico presencie la destrucción del tumor canceroso sionista”, llegó a declarar en un momento.