Inolvidable será la tragedia que sacudió a Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana a inicios de febrero que dejó a miles de familias sin hogar y a 133 personas fallecidas, catalogando la tragedia como la que mayor víctimas fatales ha dejado después del terremoto de 2010.
De acuerdo a un estudio desarrollado por Centro de Investigación para laGestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), con apoyo del Centro UC Observatorio de la Costa, fueron varios los factores que se conjugaron para generar el desastre. Uno de ellos fue la ola de calor que se estaba viviendo, lo que dio el factor de 30-30-30: Temperatura sobre los 30º C, con humedad relativa bajo el 30% y vientos sobre 30 km/h, lo que generó “condiciones óptimas para la propagación de incendios forestales”.
Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa e investigadora principal de Cigiden, junto con estudiantes de Magíster del Instituto de Geografía UC, recorrieron la zona durante la emergencia y por días seguidos para realizar un catastro de daños y hacer un mapa de las zonas afectadas con apoyo de imágenes satelitales.
Como explicó Martínez: “Realizamos un catastro de infraestructura crítica y equipamiento urbano, junto a testimonios que nos entregaron los afectados durante los primeros días de la fase de emergencia, para determinar los elementos de exposición y vulnerabilidad que agravaron la tragedia. Fue un trabajo muy complejo que consideró 136 puntos levantados en terreno, una de las experiencias más fuertes que hemos tenido como investigadores en contexto de desastres”.
Entre las principales causas que dificultaron la evacuación, está el desarrollo urbano sin control en zonas de difícil acceso, mucha vegetación altamente inflamable, trazado irregular de calles, colapso en las redes de agua y falta de simulacros.
Según se dio cuenta en el estudio, todas las comunas afectadas no cuentan con Planes Reguladores actualizados y como explican, es urgente incorporar evaluaciones de uso de suelo.
Entre las sugerencias está implementar un diseño urbano resiliente con vías de evacuación expeditas y establecer distanciamientos de zonas boscosas. “También establecer nuevos espacios públicos que puedan servir como áreas seguras en caso de futuras emergencias”, dice Carolina Martínez.
Alerta SAE
Se estableció que la alerta de evacuación SAE no logró llegar a toda la población en riesgo por problemas de señal y los que la recibieron, no tuvieron claridad de hacia dónde debían evacuar, lo que generó altas congestiones en calles estrechas y pasajes, lo que finalmente, impidió la evacuación.
Por lo que se aconseja, que además de la alerta SAE, se hagan alertas por radio y televisión y Carabineros y Bomberos ayude en la evacuación terrestre.
“Los vecinos señalan que sería útil que la alerta SAE se acompañe de indicaciones (vías de evacuación, zonas de seguridad). Puede evaluarse, además, la instalación de sirenas ambientales capaces de emitir mensajes de voz y sonido en alto volumen, similares a las utilizadas en áreas costeras con riesgo de tsunami”, dice el reporte.