Padre denuncia que fue separado de su hijo después de que juez Urrutia fallara a favor de la madre por ser cliente de una amiga suya
El recurso de amparo presentado por el padre revela que hubo maltrato por parte del juez Urrutia hacia el imputado, quien fue amenazado con ser “encerrado en el calabozo” durante la audiencia.
El juez Daniel Urrutia ha generado controversia tras otorgar una serie de beneficios a reclusos de la Cárcel de Máxima Seguridad, incluidos miembros del Tren de Aragua.
Según reveló La Tercera, un padre interpuso un recurso de amparo contra una decisión del juez Urrutia, denunciando graves irregularidades en medidas cautelares en un caso de violencia intrafamiliar (VIF), a favor de una madre representada por una amiga del magistrado. Además, según dice, durante la audiencia, el juez trató al imputado de manera inapropiada, lo que llevó al imputado a presentar una requerimiento extraordinario para que sus superiores de la Corte de Santiago intervengan.
Origen de la causa
Los hechos comenzaron a mediados de mayo, cuando K.E.M.J., una abogada y funcionaria del 1º Juzgado de Garantía de Santiago, presentó una querella contra su expareja, F.I.H.M., padre de sus tres hijos, por diversos delitos de VIF. Cabe destacar que la acción judicial se ingresó el mismo día en que un tribunal de familia que revisaba la separación de matrimonio, dictaminó que el padre debía quedarse con la custodia de uno de los tres hijos de la pareja, un menor de 11 años.
La querella de la madre solicitaba una orden de alejamiento tanto para ella, como para sus tres hijos, a pesar de la decisión previa del tribunal de familia.
Lo llamativo es que la abogada de la querellante, Emilia Millán, según el recurso de amparo, tiene una relación de amistad con el juez Urrutia y, a pesar de ello, no se habría inhabilitado del caso.
El recurso de amparo presentado por el padre detalla una serie de deficiencias en el proceso judicial, como las medidas cauteleras tomadas sin que F.I.H.M. fuera formalizado por el Ministerio Público.
El 17 de enero se citó una audiencia para discutir las medidas cautelares, presidida por el juez Urrutia, quien mantuvo la orden de alejamiento y ordenó al padre abandonar el hogar que compartía con el menor de 11 años.
“El magistrado Urrutia, mostrando una absoluta falta de criterio en este caso, ni siquiera se cuestionó si la abuela paterna que vive con el niño es o no autovalente, ni siquiera se cuestionó todo lo expuesto en audiencia respecto de la documental acompañada, en cuanto a que: el menor de edad ya fue escuchado por el Centro de Medidas Cautelares de Santiago (perteneciente a los tribunales de familia), quien decidió dejarlo con el padre el 19 de mayo de 2023; que ha pasado más de un año desde que el niño vive con el padre bajo su cuidado personal”, se señala en el recurso ante la corte.
En el mismo recurso, también se indica que el juez tenía una relación cercana con la abogada querellante, Emilia Millán, quien es hermana de Jaime Millán, amigo de Urrutia, e incluso comparten domicilio.
Motivos de la apelación
La defensa del imputado recurre a la corte de alzada, debido a que consideran que han existido negligencias y un manejo errático del caso por parte del tribunal, que tardó más de 20 días en otorgar poder al abogado del hombre.
El documento presentado por la defensa señala que el juez “demostró una parcialidad grosera al momento de exponer nuestras alegaciones” y que incluso en un momento el juez Urrutia habría transgredido el derecho a la defensa sosteniendo: “¿Cómo vamos a hacer que se cumpla esa cautela? Tenemos dos posibilidades: voluntariamente o obligado. No hay más. No hay más discusión”.
Además, el magistrado habría agregado que “mientras dure este caso, esa es la cautelar, entonces o lo cumplimos voluntariamente o lo cumplimos obligado. Obligado quiere decir que yo en este momento llamo a los gendarmes y a carabineros y hago que eso ocurra por la fuerza. ¿Ya? Así de duro y así de claro (…) vengo a recordar solamente que yo no tengo idea de la causa, no la conozco”.
Según la denuncia presentada ante la Corte, el juez constantemente afirmaba y a pesar de que nadie lo interrumpía: “A ver, a ver. Llámeme a los gendarmes, por favor. No me están entendiendo, a usted lo voy a sancionar (dirigiéndose y apuntando con el dedo índice al defensor) y a usted lo voy a meter preso (dirigiéndose y apuntando con el dedo índice al imputado), ¿ya? No me están entendiendo (…) Ya, y por favor, llámeme a los gendarmes. Así que usted se me queda callado, señor, y no habla más, ya, mientras dure este procedimiento; cualquier cosa, usted se acerca a su abogado y le hace la consulta que estime conveniente, pero no habla más, ya”.
Finalmente, el juez concluyó en la audiencia que “si no lo hace, va a terminar en el calabozo mientras dure la audiencia y después yo tomo una decisión, qué hago con usted”.