El 17 de febrero de 1984 se estrenó Footloose, una cinta que marcaría toda una década y que, contrario a los pronósticos, fue todo un éxito incluso a 40 años desde que fue lanzada.
Lo cierto es que antes de la cinta, su protagonista, Kevin Bacon, en ese año de 25 años, no había tenido papeles importantes en la industria, incluso, era más bien un actor de reparto sin demasiadas luces. Tras la película todo cambió.
El cambio en su vida fue tan drástico, e impensado, que años después reconoció que tuvo serios problemas para llevar la fama y cargar con el ícono sexsymbol y rebelde de los 80.
“Después de la película que comienza con F, cuando me convertí en una estrella pop, lo último que quería ser era una estrella pop (…) Todo aquello con lo que había soñado me provocó una enorme cantidad de dudas y ansiedad”, dijo Bacon en 2023 al podcast Podcrushed.
De hecho, el intérprete confesó que su estrellato fue una especie de maldición para su carrera. “Estaba muy enfocado en cuál era mi idea de un actor serio y de repente obtuve esta cosa que no tenía nada que ver con un actor serio”, dijo.
Los efectos del éxito de Footloose
Bacon debió lidiar con la etiqueta de Footloose, para prácticamente toda su carrera, sintiéndose, limitado a interpretar tipos guapos, rebeldes y bailarines.
Todos estos amargos recuerdos del protagonista de la cinta se contraponen a la de su compañera en pantalla, Lori Singer, quien luego contó que el rodaje de la película fue “mágico”.
Además, Singer, relató que parte del éxito de la película se debió a que los actores se sintieron representados con los personajes que encarnaron en la pantalla grande.
“Conocía el papel porque había vivido lo mismo. Estuve un tiempo en Texas y, en mi opinión, fui sometida a un tipo de opresión de cierta manera. Siempre he sido algo temeraria, mucho más que mis amigos. Siempre he sido quien literalmente se asoma a la cornisa”, comentó a Forbes.