El capitán de Los Cóndores, Martín Sigren, no para. Sigue haciendo historia en el rugby una y otra vez. Lo hace de manera natural, casi instintiva.
En 2020 se convirtió en el primer rugbista chileno en jugar de manera profesional en Inglaterra, cuando vistió por una temporada los colores del Doncaster Knights de la segunda división inglesa. Ese mismo año se convirtió en capitán de la seelcción nacional que clasificó por primera vez a un mundial. Un mundial, en el que no pasaron desapercibidos.
Hoy en medio de las últimas semanas de pretemporada con el New Englad Free Jack, su nuevo club y el actual campeón de la Major League Rugby de Estados Unidos, Sigren recuerda con Duna Sports lo que Los Cóndores generaron en el mundo del Rugby en el Mundial de Francia.
“Con el grupo de líderes se hizo muy bien la elección de objetivos y la manera en que íbamos a medir nuestras metas. Sabíamos que íbamos a jugar partidos muy duros y con un marcador que era difícil de alcanzar, pero le dimos una vuelta y fuimos tratando de ir buscando otros objetivos como pequeñas victorias que podíamos conseguir más allá del marcador. Hablamos mucho de la sensación con la queríamos salir de la cancha después de los partidos y eso era salir realizados, con la sensación de que di mi cien por ciento y con eso íbamos a salir nosotros orgullosos y si lográbamos eso, nos íbamos a ganar el respeto del mundo y que dijeran: mira, estos chilenos con pocas herramientas y poca experiencia batallaron hasta el minuto ochenta”.
Y el objetivo se cumplió. Los Cóndores no pasaron desapercibidos. Los medios internacionales destacaron el buen rendimiento que tuvieron ante Japón, quienes venían de alcanzar los cuartos de final en la edición pasada y de cómo se pararon de tú a tú en todos los partidos de un grupo compuesto por los nipones, Argentina, Samoa y Uruguay. Como si fuera poco, los estadios en los que jugaba Chile se vestían de Rojo con hinchada chilena y algunos otros fanáticos que se fueron entusiasmando con el espíritu de Los Cóndores y la barra chilena, que también impactó al mundo con la energía con la que coreaban el himno nacional. Un canto que fue comparado con el Haka maorí.
Pero Sigren además de estar enfocado en su carrera de rugbista profesional, tiene un emprendimiento que comenzó hace más de diez años, cuando complementaba sus estudios universitarios con los entrenamientos que mantiene hasta el día de hoy. Se trata de Spikeball, un juego que se ha convertido en una disciplina deportiva. El emprendimiento le ayudó con su carrera deportiva porque reconoce que “desde temprana edad tuve que priorizar lo que quería hacer con mi tiempo y eso me ayudó a encarrilarme, saber decir que no a algunas invitaciones y saber qué oportunidades tomar”.
Las energías del capitán de Los Cóndores hoy están puestas en su carrera deportiva, pero sabe que la carrera de un deportista es corta y que en esta etapa de su vida está desarrollando habilidades que le servirán cuando deje la alta competencia.
“Lo que más me llevo de la cancha a lo que sería el mundo empresarial, es el saber tratar con la gente, armar dinámicas (…) Me quedo tranquilo de que en estos años de rugby en los que no estoy desarrollando mi carrera profesional y en lo que estaré haciendo en un futuro, estoy convencido de que aquí estoy haciendo un magíster en cultura de grupo, en unión y en cómo realmente ponerte objetivos pero con un grupo que esté difrutando. Acá en Estados Unidos me ha impresionado lo bien que hacen eso de tenernos entretenidos con tantos fuegos activos en la competencia”.
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Recomendación:
A propósito del trabajo en equipo, Martín Sigren le recomendó a los auditores de radio Duna Sports, “15 lecciones sobre liderazgo” de Jamer Kerr que se sumerge al corazón de los legendarios All Blacks de Nueva Zelanda, el equipo deportivo más exitoso de todo el mundo.