El fútbol chileno ha tenido un mal inicio de año. Si ya en el primer partido de Arturo Vidal en su regreso a Colo Colo, en Viña del Mar, barristas del cuadro Albo generaron incidentes, este fin de semana la situación fue peor en el Estadio Nacional.
La final de la Supercopa, entre Huachipato y Colo Colo tuvo serios incidentes en la galería norte, donde estaba ubicada la Garra Blanca, que terminó con asientos quedamos y la destrucción de parte del memorial de los detenidos desaparecidos durante la dictadura.
Todo esto impidió terminar el partido, aunque hubo jugadores que no estuvieron de acuerdo con esta determinación, como Arturo Vidal, quien aseguró que “no pueden ser tan graves estas cosas en nuestro país, en otros lados hay cosas peores y siguen jugando. Eso molestó mucho, nos dejó muy tristes porque queríamos ser campeones, entrenamos harto tiempo, estábamos haciendo un gran partido y terminar así es muy feo”.
Frente a los dichos del volante, el ministro del Deporte -y exjugador histórico de Colo Colo- Jaime Pizarro, respondió a Vidal, afirmando que “coincidimos en que no queremos que la violencia en la actividad deportiva, pero creo que esa visión que había de lo que era el partido no se condecía con lo que sucedía. Hay que condenar la violencia, en todo lo ocurrido, hubo fuego y daños de la infraestructura”.
De igual forma, el secretario de Estado señaló que “a veces el jugador está inmerso en el vértigo del partido, en la definición de una final. Entonces no tiene el alcance de lo que estaba sucediendo realmente y eso lo hace algo distinto”.
Respecto a las acciones que se deben tomar para continuar con el fútbol en el Estadio Nacional, Pizarro dijo que “el principal desafío es que se puedan desarrollar tranquilamente. No queremos llegar solo a una disminución de aforo, aunque sí son elementos que se deben tener en cuenta para que se hagan”.