En Revista Velvet, el exmandatario Sebastián Piñera, entregó en diciembre pasado una íntima entrevista. Desde su casa el que fuera Jefa de Estado afirmó tener “una vida muy activa, que significa seguir soñando con que lo mejor de la vida está por venir”.
Enfatizando al decir que “tengo una vida muy intensa, y la vida activa es un gran antioxidante”.
Ahí reconoció que “los momentos más difíciles de mi vida personal han sido la muerte de personas a las cuales quiero mucho: mis padres y algunos cercanos”.
Agregando que “la muerte es un golpe brutal, porque es un nunca más en esta vida terrenal. Nunca más los voy a volver a ver ni sentir. Eso es muy duro”.
Incluso contó “yo también lloro. Muchas veces lloro por dentro: a nosotros nos formaron en la escuela machista. Mi madre nos decía ‘los hombres no lloran’, con lo cual llorar era no ser hombre. Eso marca mucho. Eso tenemos que cambiarlo, para que todos nos eduquemos en un mundo en que hombres y mujeres, que somos distintos, gracias a Dios, tengamos los mismos derechos y dignidad”.
Y contó: “Yo no lloro por temas públicos. Lloro por temas personales, cuando veo el sufrimiento, la muerte de mis padres, la muerte de seres queridos y a veces también me baja una tremenda emoción cuando estoy viendo una película o cuando estoy escuchando una música que a uno le llega al alma. Pero me cuesta mucho expresar mis sentimientos. En la formación que nos dieron nuestros padres había poco espacio para la debilidad, para el llanto”.
Estallido social
Sobre el estallido social y consultado específicamente s alguna vez temió por su integridad, el expresidente contó que “sinceramente, no. Soy poco temeroso. Soy más bien audaz, arriesgado, pero en dos oportunidades, La Moneda estuvo en riesgo de caer. Imagínese lo que hubiera significado. Todos tenemos la imagen de la toma del Congreso en Estados Unidos. Pensé que podían tomarse y entrar en La Moneda. Había tres anillos en torno a ella. En dos oportunidades se vulneraron los dos anillos externos. Y solamente quedó el anillo de la guardia de palacio. En lo personal no tuve miedo, pero sí a que se quebrara la democracia, que por la violencia y la actitud de gran parte de la centroizquierda, sin duda estuvo en riesgo.