Nuestro país atraviesa una de sus peores catástrofes en su historia, el fuego ha arrasado con distintos sectores de la Región de Valparaíso, provocando la lamentable cifra de 131 fallecidos hasta el momento, según cifras del Servicio Médico Legal. El presidente de la República, Gabriel Boric catalogó la situación que vive la zona como “la tragedia más grande que hemos vivido como país desde el terremoto del 27-F”.
Ante este escenario tan dantesco, muchos se preguntan por qué el fuego fue tan arrollador en tan poco tiempo, provocando que cientos de personas no pudieran escapar.
Sequía
Una de las primeras razones, según los expertos, se debe a la sequía prolongada y las plantaciones forestales. Nuestro país sufre de sequías desde hace 14 años, situación que no parece cambiar y que los científicos atribuyen directamente a los efectos del cambio climático.
La zona central de Chile ha tenido un importante déficit de lluvias prolongado, agravando la situación actual. Si bien el invierno del 2023 fue un año atípico, ya que llovió más que en años anteriores, los expertos señalan que la sequía continuará presente en la zona.
“Las lluvias (del año pasado) generaron vegetación que cuando se secó se transformó en extremo combustible”, sostuvo a BBC Mundo Héctor Jorquera, académico del departamento de ingeniería de la Universidad Católica de Chile.
Jorquera sostiene que la falta de humedad en el territorio tiene una relación directa con la sequía y, al estar más secos los suelos, la vegetación sufre del “estrés hídrico”, provocando que lo vegetal tenga mayor facilidad de ser consumido por el fuego.
Además, la plantación de especies “invasoras”, como el eucalipto y el pino, presentes a lo largo de la zona central y sur de nuestro país, potencian que las llamas devoren más rápido todo a su paso. En la Región de Valparaíso, estas especies se encuentran en abundancia.
Anibal Pauchard, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Concepción, sostuvo en conversación en la publicación citada que “el pino insigne y el eucalipto se queman relativamente rápido, y además de eso tenemos otras especies invasoras arbustivas que generan una cantidad de combustible muy alta”.
Altas temperaturas
Durante la última semana, hemos vivido una ola de calor catalogada por científicos y expertos como atípica y extremadamente alta para ser una zona costera que no suele tener temperaturas tan elevadas. El día viernes 2 de febrero, la Región de Valparaíso registró una máxima de 32 grados.
Roberto Rondanelli, académico del departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, señaló también en el citado medio que “fue una ola de calor particular. Estuvimos una semana con temperaturas récord, en los valle se bordearon los 37 grados. Y esas son temperaturas que nunca se registran en esta zona”.
Tanto el cambio climático como el fenómeno del niño tienen relación con estas altas temperaturas registradas en la región, que también afectaron a otras regiones de la zona central de nuestro país.
Se han registrado vientos de hasta 80 kilómetros por hora en las zonas devastadas por las llamas, lo que favorece la propagación del fuego. Además, la cantidad de cerros y valles en la Región de Valparaíso ayuda a que el fuego sea más feroz.
“Eso te ayuda a propagar cualquier incendio. Aumenta la ventilación donde está la llama, le añade oxígeno y transporta masa quemada justamente en lugares secos por culpa de la sequía prolongada”, comentó Jorquera.
Densidad Poblacional
Los expertos también atribuyen la brutalidad de este desastre a que muchas viviendas afectadas no cuentan una planificación de construcción adecuada y han sido hechas por materiales muy livianos o madera.
Horacio Gilabert, académico UC y miembro del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, en conversación con Emol, sostuvo que “la zona de Valparaíso y toda la cordillera de la costa es una zona de alto riesgo, simplemente porque hay una alta densidad poblacional. Si juntas mucha gente, mala accesibilidad, con una condición de vegetación muy seca, con una topografía muy difícil de trabajar, mucha quebrada, mucho cerro, y sumado al viento, se obtiene un poco la explicación de que esto haya sido tan dramático”.
Mientras tanto Miguel Castillo, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile, explicó que “hubo muchos cortafuegos que fueron ocupados por casas. Esas casas eran de material ligero que es altamente combustible a diferencia del hormigón”.