Cuando en Chile celebrábamos el inicio del 2024, en Japón se producía uno de los terremotos más grandes de su historia. Un sismo de 7.6 grados en la Escala de Richter generó enormes destrozos y, hasta ahora, 48 fallecidos.
El nivel de daños fue tal que aun las autoridades japonesas no saben el total de víctimas ni damnificados por este terremoto.
La ciudad más afectada por este desastre natural fue Ishikawa, la prefectura más cercana al epicentro del sismo. En aquel lugar se reportaron más de 36.000 hogares sin suministro eléctrico y las principales carreteras destruidas. Además, esta zona fue afectada por olas de hasta 1.2 metros de altura.
Pero, ¿cómo fue que este terremoto generó tal nivel de destrucción? El sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo, Luis Donoso, comentó a La Tercera que este movimiento telúrico tuvo una “intensidad brutal”.
En primer lugar, el experto explicó que en este terremoto, hubo una ruptura de cerca de 150 kilómetros de largo, además de que se reunieron una serie de condiciones para que llegara a generar ese nivel de daño.
“Medir más de 1 g es complicado. El terremoto del 27 fue de 0.7 g, y en Japón fueron casi 3.8. Eso es mucho. Ninguna estructura que no esté específicamente diseñada o aislada, va a sobrevivir”, comparó.
Respecto a la cantidad de víctimas, Donoso explicó que estos se debió principalmente “al colapso de construcciones no reforzadas o por incendios. Los incendios son brutales, bestiales. Después de un gran sismo, puede haber incendios devastadores”.
En este sentido, el sismólogo acotó que en Japón las calles suelen ser estrechas, lo que genera que a pesar de que en el país asiático las construcciones suelen ser sísmicas, en caso de incendios estos se propagan con gran facilidad y rapidez.