“Recibí un mensaje de Nicolás Zepeda el 11 de diciembre de 2016″, así inició una de las declaraciones más importantes del caso que investiga la desaparición de Narumi Kurosaki, donde el principal imputado es el chileno Nicolás Zepeda.
Quien habría prestado esta declaración, de acuerdo al medio francés L’Est Républicain, sería Rina Sakamaki, amiga de la joven japonesa desaparecida desde diciembre de 2016.
En concreto, mediante una videollamada desde Japón, Sakamaki declaró que una semana después de la desaparición de Narumi Kurosaki, Nicolás Zapeda le habría escrito para que le traduzca algunas frases del español al japonés, ya que, según él, quería tener un tono “más familiar, más amigable y menos rígido“. Las frases que el chileno le habría pedido traducir serían: “Tengo nuevo novio” y “me voy con mi novio de viaje. No voy a estar disponible por un tiempo”.
La mujer accedió, pero cuatro días después de esa conversación, Zepeda nuevamente le escribió por Messenger, y le pidió que borrara las conversaciones que habían sostenido en los días previos. “Estaba tenso, apurado y preocupado”, comentó la mujer.
“Su petición me pareció absurda pero como parecía realmente avergonzado, obedecí y borré esos mensajes. Pero eso no le pareció suficiente. Me pidió que le enviara una captura de pantalla como prueba. Luego eliminé también esta foto de captura de pantalla”, agregó Sakamaki.
“Fue un copiar/pegar de mis frases”
De acuerdo a la declaración de la joven japonesa, al momento en que Zepeda le escribió, ella no sabía lo que había sucedido con su amiga, solo enterándose de la situación a finales de diciembre de 2016.
El 2 de enero de 2017, tras hacerse pública la desaparición de Narumi Kurosaki, Zepeda nuevamente le escribió a Sakamaki. “Eso me asustó. Definitivamente corté el vínculo”, comentó la joven,
Luego de esta serie de incidentes, la mujer decidió contarle a uno de sus amigos sobre las peticiones que le había realizado Zepeda, y fue en ese momento cuando se enteró que eran exactamente los mismos mensajes que ella le escribió al chileno los que le habían enviado a los padres de Kurosaki una vez desapareció la joven.
“Fue un copiar/pegar de mis frases. Me asusté mucho cuando noté esta similitud”, se lamentó Sakamaki en su declaración.
Por otro lado, la defensa del imputado afirmó que “Nicolás reconoce el contacto digital pero no el contenido de las traducciones que se le habrían solicitado”, argumentando que “Nicolas solicitaba traducciones con frecuencia”.