En la investigación con la que consiguieron este galardón, demostraron una forma de crear pulsos de luz extremadamente cortos con los que se pueden medir procesos rápidos en los que electrones cambian de energía o se mueven.
Los tres son reconocidos miembros de la comunidad científica: Pierre Agostini es profesor emérito en la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, Ferenc Krausz dirige el Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Alemania y Anne L’Huillier quien es profesora de la Universidad de Lund de Suecia.
¿En qué consiste la investigación?
La investigación que llevó a los científicos al Nobel logró producir pulsos de luz medidos en attosegundos, es decir, una trillonésima parte de segundo, una medida inmensamente corta.
Esto permite proporcionar imágenes de procesos dentro de átomos y moléculas, lo que a su vez abre la posibilidad de estudiar eventos muy breves, donde ocurren cambios en pocas décimas de attosegundos.
“Ahora podemos abrir la puerta al mundo de los electrones. La física de attosegundos nos da la oportunidad de comprender los mecanismos que están gobernados por electrones. El siguiente paso será utilizarlos”, dijo la presidenta del Comité Nobel de Física, Eva Olsson.
Pero estos estudios no son nuevos, de hecho, desde 1987, Anne L’Huillier ha venido realizando investigaciones en esta dirección. Al igual que Pierre Agostini, quien ya en 2001 logró ejecutar una serie de pulsos de luz consecutivos, donde cada pulso duró solo 250 attosegundos, a la par de Ferenc Krausz, quien ya realizaba sus propios estudios, donde logró aislar un solo pulso de luz que duraba 650 attosegundos.
Además, estos descubrimientos permiten abarcar otras áreas como la electrónica, donde es posible entender y controlar los comportamientos de electrones en un material. Además, en los diagnósticos médicos los pulsos de attosegundos se pueden identificar diferentes moléculas.