Si bien, estos químicos por sí solos no generan obesidad o sobrepeso, su composición genera que las células que generan grasa se vean multiplicadas y fortalecidas en su tamaño.
Por otro lado, generan alteraciones en las acciones de hormonas sexuales y tiroideas, las que se ligan a las células adiposas, el metabolismo, microbiota intestinal y la ganancia de peso.
Otro punto a tomar en cuenta es que el periodo de la vida en que más expuestas están las personas a estos químicos es durante la etapa fetal y la primera infancia, ya que es en aquel momento en que son más vulnerable y podrían verse afectados a largo plazo.
¿Cómo evitarlos?
Hay que tomar en cuenta que evitar exponerse a los obsógenos es sumamente complejo, debido a que están en muchas cosas que utilizamos a diario, además de que se necesitan políticas públicas para disminuir la presencia de estos químicos en las cosas.
Sin embargo, también hay algunas técnicas que permiten evitar exponerse a este tipo de sustancias como: bajar el consumo de bebidas y alimentos envasados, dejar los alimentos con pesticidas, evitar fumar, disminuir el uso de plásticos y promover el reciclaje.