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Las frases y gestos que marcaron las otras décadas del 11 de septiembre

11 de septiembre

La responsabilidad de liderar estas ceremonias a Patricio Aylwin en 1993, Ricardo Lagos en 2003 y Sebastián Piñera en 2013, cada uno con frases y gestos que quedaron marcadas para la posteridad.

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7 Septiembre, 2023

Este lunes se conmemoran los 50 años del golpe de Estado de 1973 y el inicio de la dictadura militar dirigida por Augusto Pinochet. Para aquel día se esperan una serie de eventos por el Gobierno y distintas organizaciones civiles y políticas, además de la firma del Compromiso de Santiago.

Desde la derecha ya se anunció que no acudirán a La Moneda durante ese día, además, de los expresidentes, Michelle Bachelet será la única en acudir, —Eduardo Frei estará fuera del país, Ricardo Lagos presenta problemas físicos y Sebastián Piñera decidió no ir, aunque firmará el mencionado Compromiso. Sumado a esto, el ambiente previo a esta conmemoración parece estar alejado de la unidad y en palabras del Presidente Boric, está “eléctrico”.

Pero esta situación ya se ha vivido, aunque en menos intensidad, en las décadas pasadas y la conmemoración del 11 de septiembre, teniendo que asumir la responsabilidad de liderar estas ceremonias a Patricio Aylwin en 1993, Ricardo Lagos en 2003 y Sebastián Piñera en 2013, cada uno con frases y gestos que quedaron marcadas para la posteridad.

20 años: Tensa conmemoración en democracia

En 1993 Patricio Aylwin dirigía el país, como dejó claro en uno de los primeros discursos como Presidente, buscaría la unidad de todos los chilenos, civiles o militares. Aquel 11 de septiembre llegaba con un Augusto Pinochet en el rol de comandante en jefe del Ejército y con declaraciones donde defendía el golpe de Estado y mantenía la hipótesis del llamado Plan Z.

Además, el dictador criticó fuertemente un proyecto de ley enviado por el gobierno de Aylwin que buscaba acelerar los procesos judiciales contra los militares involucrados en las violaciones a los derechos humanos, el cual no tuvo apoyo en el Congreso y debió ser retirado. Este niño bonito, bien peinadito (el proyecto de ley) que armó el Presidente lo mandó a la Cámara de Diputados y allá ese niño bonito se lo transformaron en un monstruo, con un ojo por aquí y por allá, decía Pinochet.

La tensión escaló. El entonces ministro secretario general, Enrique Correa, le respondió al militar: “El Presidente está profundamente disgustado con las expresiones del comandante en jefe. (…) Se inmiscuye en política al opinar sobre trámites en la Cámara de Diputados y agravia la sensibilidad del país al referirse en términos que son inaceptables a las víctimas de violaciones de derechos humanos”.

La situación llegó al punto en que el diario La Tercera publicó que fuentes militares decían que “el Ejército está tranquilo y sigue siendo un león dormido, aunque algunos estén intentando despertarlo pisándole la cola”.

Finalmente el Gobierno buscó una conmemoración mas bien silenciosa y sin grandes gestos, además, se le impidió al Partido Comunista realizar una manifestación frente a La Moneda.

30 años: Reaparición de la figura de Allende

La figura del exPresidente Salvador Allende se mantuvo oculta o poco mencionada por la Concertación durante gran parte de la vuelta a la democracia, de hecho, la puerta de Morandé 80, lugar desde donde habitualmente entraba a La Moneda el líder de la UP, se mantuvo cerraba desde el golpe de Estado. Uno de los mayores gestos que tuvo Ricardo Lagos el 11 de septiembre del 2003 fue abril aquella puerta.

Además, en su discurso, Lagos tuvo palabras para Allende: “Es un día para la memoria, para hacernos cargo con madurez de aquel momento de nuestra historia que tanto dolor nos ha causado. No es este un momento para el análisis. Por el contrario, es un momento para el recogimiento. Recogimiento en primer lugar ante un acto grande, muy grande: el sacrificio supremo de un Presidente de la República en cumplimiento de su deber ante la legítima investidura que ostentaba”.

Por otro lado, en aquel año, recordó al exMandatario declarando que el socialista encarnó el sueño de una generación. Estos dichos le costaron la crítica de la derecha, quienes le criticaron su “reconocimiento” a Allende, mientras que desde la izquierda lo calificaron como una mención “tibia” al fallecido Presidente.

En el Gobierno destacaron la madurez de la conmemoración y en su discurso, Lagos declaró: “Es un día de dolor, de ese dolor que entró en el alma de Chile y con el debemos vivir. También es un momento para la reflexión. Reflexión de un país donde cada día más ese dolor se convierte en memoria, en memoria de todos los chilenos, en memoria compartida, aunque no necesariamente común, porque es natural que existan versiones diversas de lo acaecido hace 30 años”.

Además, en aquel año el Ejecutivo realizó una serie de acciones que buscaban dar justicia y reparación a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, creando mesas de diálogos con el ejército, la Comisión Nacional Prisión Política y Tortura y la Comisión Valech.

40 años: Cómplices pasivos y cierre del penal Cordillera

Por primera vez desde la vuelta a la democracia la derecha llegaba a la presidencia y en el 2013 el Presidente Sebastián Piñera debía liderar la conmemoración de los 40 del golpe de Estado.

En la previa, la situación era similar a la actual, aunque con un ambiente bastante más tranquilo, ningún expresidente acudió a La Moneda y la oposición, en ese entonces Nueva Mayoría, también declinó acudir a Palacio. El ministro de Defensa de aquel momento, Rodrigo Hinzpeter, declaró que mi impresión es que ellos quieren dividir a los chilenos pensando que finalmente en esa división ellos ganan. La candidatura de Michelle Bachelet, los que forman parte de la Concertación, el Partido Comunista y el MAS, fueron los que optaron por dividir y esa es la verdad.

A pesar de esto, la ceremonia fue bastante sobria y austera, aunque con dos gestos tremendamente significativos. Por otro lado, el Presidente Sebastián Piñera realizó un mea culpa frente a lo que sucedió durante la dictadura, lo que le costó reparos desde su sector.

“Si buscamos responsables de lo ocurrido durante el gobierno militar y, particularmente, de los atropellos a los derechos humanos y la dignidad de las personas, por supuesto que hay muchos. Por de pronto, las máximas autoridades del gobierno militar, que sabían o debían saber lo que estaba ocurriendo. Pero no solamente ellos. Hubo muchos que fueron cómplices pasivos: que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”, dijo Piñera en aquel año.

Además, a fines de septiembre se cerró el penal Cordillera, donde estaban detenidos militares condenados por violaciones a los derechos humanos, algo similar a lo que se discute en la actualidad con Punta Peuco.

Desde el Congreso también se realizaron gestos conmemorativos. El, por entonces, presidente del Senado, Jorge Pizarro (DC), y de la Cámara de Diputados, Edmundo Eluchans (UDI) emitieron una declaración conjunta con el fin de “no repetir los errores de hace 40 años”.

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