En 1975 la expresidenta Michelle Bachelet fue detenida junto a su madre, Ángela Jeria y llevadas hasta el centro de detención y exterminio Villa Grimaldi, donde ambas fueron torturadas.
A 48 años de ese suceso, la exmandataria regresó a aquel lugar y recordó lo que ahí vivió. “Trae tristes recuerdos, pero también recuerdos de la solidaridad que se generaba entre las personas que estábamos en las mismas condiciones“, expresó a 24 Horas.
“Yo vivía con mi madre en esa época y volví a almorzar a la casa (…) de repente tocan el timbre y aparecen dos señores que eran un capitán y un comandante y dicen -somos de la DINA-, entran a la casa, no nos dan sus nombres y le dicen a mi mamá que han sabido que ella es ayudista del MIR y debemos irnos con ellos”, así inició el relato Bachelet al recordar cómo fue su detención.
Luego de eso, contó, “Nos pusieron la venda y nos trajeron acá (Villa Grimaldi), a mí me llevaron donde estaban las mujeres y a mi madre la llevaron a la torre”.
En aquel lugar permaneció por 10 días y recuerda que incluso debían ir al baño con los ojos vendados y solo podían hacerlo un par de veces al día.
“Mi mamá no sabía si yo estaba viva o estaba bien, en un momento nos dejaron lavar la ropa y a mi mamá la llevaron al mismo baño, ahí ve mi ropa y supo que estaba lavada, o sea yo estaba viva”, comentó.
Torturas
En la instancia, la médica también rememoró lo que tuvo que atravesar en el centro de tortura. “Escuchábamos a la gente cómo gritaba cuando le ponían la parrilla eléctrica. Era una forma de tortura, a la gente la amarraban en una especie de parrilla, como un catre metálico y le aplicaban electricidad en distintas partes del cuerpo, le tiraban agua para que fuera más fuerte la conducción, a mí no me parrillaron“.
En Villa Grimaldi fue interrogada por cerca de 4 horas, a pesar de que “no tenía nada que ver con el MIR, yo no conocía a ninguna de las personas que estaba ahí”.
Solo fue liberada una vez Manuel Contreras, jefe de la DINA le dijo -esta no es nadie, la pueden liberar-. Pero debido a su militancia en el Partido Socialista fue llevada a Cuatro Álamos.
Durante su detención no pudo ver a su madre, solo podían hablar a través de las rejas. Una vez liberada de Cuatro Álamos pudo volver a verla, aunque se enteró de que sería expulsada del país. ” (El subsecretario de aviación) me pregunta si yo quería ser expulsada, le dije que no, pero quería irme con mi mamá, nos juntamos en el aeropuerto y en el avión hablábamos de todo. Fue muy emocionante encontrarse con ella y saber que estaba viva“.
Los 50 años
En el marco de los 50 años del golpe de Estado de 1973 y el inicio de la dictadura militar, la exmandataria expresó su preocupación ante el aumento de los discursos que justifican este acto golpista.
“Cuando uno ve encuestas que dicen que hay un porcentaje que cree que la democracia da lo mismo que la dictadura, o que creen que el mejor gobernante de la historia de Chile es Augusto Pinochet, uno dice: qué horror aquí estamos ante un peligro. El problema es que además de polarizado, hay negación y justificación de lo que pasó, tú puedes pensar políticamente lo que quieras, pero hay ciertos límites“, sostuvo la mandataria.
Como reflexión final, la exAlta comisionada para los derechos humanos de la ONU expresó: “Esto no puede volver a pasar nunca más en el país”.