El Papa Francisco lamentó la forma en que la sociedad trata a las mujeres, refiriéndose a ellas como «suplentes» en el inconsciente colectivo. En sus palabras, también expresó su preocupación por el hecho de que las mujeres a menudo no son consideradas como protagonistas en la vida cotidiana y en diversos ámbitos de la sociedad.
“No podemos relegar a las mujeres a roles secundarios, porque ellas son titulares, no suplentes. Su presencia y aportes son fundamentales para el bienestar de la sociedad”, afirmó el Sumo Pontífice ante jóvenes universitarios, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
A su juicio, la contribución femenina es indispensable. “¿Cuántas veces está pensar que las mujeres son de segunda? Son suplentes, no juegan de titulares, y eso existe en el inconsciente colectivo”, señaló el papa.
Tras escuchar el testimonio de cuatro jóvenes y ante la presencia de 2.000 personas y 6.500 en los alrededores, el Papa ha recordado que en la Biblia se ve “cómo la economía de la familia está en buena parte en manos de la mujer” que con su “sabiduría” es la que “regenta la casa, que no tiene como objetivo exclusivamente el beneficio, sino el cuidado, la convivencia, el bienestar físico y espiritual de todos”.
Por otra parte, el Pontífice ha invitado a los universitarios a “buscar y arriesgar”, a ser protagonistas de una “coreografía” que coloque en el centro a la persona, y les ha dicho que no es malo sentirse “insatisfechos” porque este es “un buen antídoto contra la presunción de autosuficiencia y el narcisismo”.
“En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos, estamos viendo una tercera guerra mundial a pedacitos, pero abracemos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía sino en un parto, al comienzo de gran espectáculo, hace falta coraje para pensar esto”, recalcó el Pontífice.
La urgencia de preocuparse del medio ambiente
Asimismo, el Papa llamó a ser “maestros de humanidad” y maestros de la defensa del planeta. “Este anciano sueña que vuestra generación sea una generación de maestros. Maestros en humanidad, maestros en compasión, maestros en nuevas oportunidades para el planeta y sus habitantes, maestros de esperanza y maestros que defiendan la vida del planeta amenazada en este momento por una grave destrucción ecológica”, sostuvo.
A su juicio, hay que “reconocer la urgencia dramática” de cuidar “la casa común” pero ha señalado que no hay que conformarse con “medidas paliativas o con compromisos tímidos y ambiguos”. “En este caso, los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. No olviden esto”, enfatizó el Pontífice.
Además, señaló que hay que “escuchar el sufrimiento del planeta junto al de los pobres”; a “poner el drama de la desertificación en paralelo al de los refugiados, el tema de las migraciones, junto al del descenso de la natalidad” y a “no crear polarizaciones, sino visiones de conjunto”.