Australia es el primer país del mundo en permitir el uso de psicodélicos para tratar la depresión y estrés postraumático
Aunque hay grupos médicos que se muestran con dudas respecto a la efectividad de su uso, pacientes declaran que la terapia con psicodélicos los ha ayudado en el control de sus síntomas.
Australia será un país pionero en el tratamiento de la depresión. A partir de este sábado, la psilocibina, ingrediente que se puede encontrar en hongos alucinógenos podrá ser utilizado para estas situaciones, transformándose en el primero en permitir estos elementos en la cura de problemas de salud mental.
Además, el semisistemático 3,4-metilendioximetanfetamina o más conocido como MDMA, éxtasis en tableta podrá ser utilizado en tratamientos de estrés postraumático (TEPT).
La entrega de estos tratamientos será limitada y expertos adelantan que tendrán un alto costo. Sin embargo, organizaciones de salud piden precaución en su implementación.
De momento, la organización benéfica que solicitó la aprobación de estos tratamientos, Mind Medicine Australia (MMA), está capacitando a los profesionales de la salud para recetar y administrar estos alucinógenos.
Para poder administrar estos medicamentos, los psiquiatras tendrán que solicitarlo ante un comité de ética y el regulador de medicamentos australiano, Administración de Productos Terapéuticos (TGA).
En total, el tratamiento podría llegar a costar unos 30.000 dólares australianos, es decir, cerca 20.000 dólares estadounidenses.
Testimonios
Son variadas las historias de personas que aseguran haber utilizado estas drogas y verse beneficiadas. En 2017, Marjane Beaugeois, de 49 años, fue diagnosticada con depresión severa. “En dos meses, perdí a mi madre, a mi abuela, a mi perro querido y también perdí mi relación romántica”, comentó a BBC Mundo.
Ante las dificultades de su diagnóstico debió consumir antidepresivos, que en realidad le quitaron humanidad, se sentía “incapaz de llorar, calmarse o sentirse mejor”, incluso, sentía ganas de morir, confesó.
Ante este escenario buscó otras alternativas. Así llegó a la clínica psilocibina en Ámsterdam, aunque en un inicio dudó de utilizar este tipo de drogas, finalmente decidió iniciar este tratamiento en 2018.
Contó que comenzó tomando psilocibina en té. “Los colores se volvieron más vívidos. Me sentí poderosamente reconectada con el mundo; un mundo cálido y borroso”, confesó.
Ella dice que luego de solo tres sesiones sintió que estaba curada. “Podía sonreír, sentir alegría, seguir con mi rutina diaria con claridad. Cuando volví a casa, mis amigos dijeron que vieron que mis ojos brillaban de nuevo”, dijo.
Glen Boyes trabajó en el ejército y tras ejercer en el confinamiento por Covid-19 en Sidney, fue diagnosticado con trastorno de estrés postraumático persistente.
Diferentes opiniones
Desde el mundo médico han habido opiniones divididas respecto a la implementación de esta reforma. Por un lado, David Nuttdirector de neuropsicofarmacología del Imperial College del Reino Unido se mostró a favor de estos tratamientos asegurando que Australia había tomado una buena decisión al “liderar el mundo innovando con este tratamiento vital”.
En la misma línea está Ben Sessa , investigador psicodélico y psiquiatra, quien ahora estará por 18 meses en Australia capacitando en la materia tras renunciar a su cargo en una organización clínica de psicodélicos de Reino Unido
Sin embargo, también hay voces contrarias y que llaman a la cautela frente a estos tratamientos. Entre ellas estás los principales organismos médicos y de salud mental australianos.
La profesora de medicina de la adicción en la Universidad de Sydney, Kristen Morely, comenta que desde la comunidad médica y científica hay cierta reticencia respecto a estos tratamientos.
Por su parte, Asociación Médica Australiana y el Colegio Real de Psiquiatras de Australia y Nueva Zelanda, también muestran cautela frente a esta implementación. Estas organizaciones piden un mayor estudio respecto a los efectos de estas terapias, las que podrían ser limitados y generarías efectos secundarios.
El presidente del Grupo Directivo de Terapia Asistida por Psicodélicos del Colegio Real de Psiquiatras de Australia y Nueva Zelanda, Richard Harvey afirmó que “la terapia asistida por psicodélicos puede ofrecer esperanza a un pequeño número de personas en las que se han intentado otros tratamientos sin éxito. Pero no es una cura milagrosa”
Además advierte que estas drogas podrían tener efectos adversos para la salud mental y hace un llamado a ser “cauteloso, considerado e informado” en estos tratamientos.
