Minas flotantes, enfermedades, productos químicos, falta de vivienda y agua potable son parte de las consecuencias que dejó el colapso de la represa en Ucrania. El desastre del embalse coincidió con una contraofensiva inminente por parte de las fuerzas ucranianas, vista como la próxima fase clave de la guerra.
Las devastadoras inundaciones ocasionadas por la destrucción de la represa de Kajovka en el sur de Ucrania cobraron la vida de entre tres y ocho personas, según los reportes de los medios ucranianos y de las autoridades rusas. Son las primeras muertes confirmadas en relación con esta catastrófica situación.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que se esperan más víctimas fatales y lamentó la falta de apoyo por parte de organismos como las Naciones Unidas y la Cruz Roja.
Estas declaraciones fueron realizadas antes de su visita programada para este jueves a la ciudad de Jerson, una de las zonas más afectadas por las inundaciones causadas por el desborde del río Dniéper.
Por su parte, el alcalde d Nóva Kajovka, designado por Rusia, informó que cinco personas habían perdieron la vida. Sin embargo, no está claro si la cifra de fallecidos proporcionada por Moscú incluye a tres víctimas previamente mencionadas o si se trata de nuevos casos.
De acuerdo con los informes de los servicios de seguridad rusos, aproximadamente 14.000 viviendas resultaron inundadas y hubo 4.300 personas evacuadas.
Por su parte, el gobernador de Jersón en la parte ucraniana informó el jueves que alrededor de 600 km2 de la región se encontraban bajo el agua, principalmente en el lado ocupado por los rusos a lo largo del río, y que cerca de 2.000 personas ya habían abandonado las áreas afectadas.
“El agua está perturbando las minas que se colocaron antes, causando que exploten”, indicó a los periodistas el miércoles viceprimer ministro Oleksandr Kubrakov . Asimismo, destacó que como resultado de la inundación, los productos químicos y las bacterias infecciosas se estaban filtrando al agua.
La respuesta de Rusia
Por su parte, Rusia ha dicho que Ucrania saboteó la represa para distraer la atención de una contraofensiva que, según dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, estaba “vacilante”.
El gobernador regional, Oleksandr Prokudin, dijo que el agua había alcanzado una profundidad de 5,34 metros en algunos lugares de Kherson, aunque señaló que el aumento se había desacelerado y podría alcanzar su punto máximo en la noche de este miércoles.
La ciudad de 279.000 habitantes antes de la invasión a gran escala del Kremlin en febrero del año pasado, estuvo ocupada por las fuerzas rusas durante más de ocho meses hasta noviembre. Los residentes de la localidad, que se ubica a unos 60 km río abajo de la represa destruida, han establecido puntos de embarque improvisados para los botes que la policía, los rescatistas y los voluntarios ahora usan para moverse.
La localidad se enfrenta a la orilla oriental del Dniéper controlada por Rusia, y algunos residentes han sido atacados por la artillería rusa mientras realizan su trabajo de rescate y recuperación.
Frente a esta situación, gobernador de Kherson impuesto por Rusia, Vladimir Saldo, informó que las autoridades prorrusas han evacuado ya a más de 4.000 residentes de la región por las inundaciones y reubicándolos en hasta medio centenar de “centros de alojamiento temporal”.
En su cuenta de Telegram, el gobernador dijo que Kherson cuenta, por el momento, con centros con capacidad para hasta 5.500 personas y, en caso de ser necesario, los afectados por las inundaciones podrían ser reubicados en las regiones de Crimea y Zaporiyia.
Afectados por las inundaciones
El médico jefe de un hospital de Kherson, que pidió no ser identificado porque no quería que el hospital se arriesgara a represalias, dijo a Reuters que 136 personas habían sido admitidas para recibir tratamiento debido a las inundaciones. Muchos eran ancianos.
“Estas personas tenían dificultades con su estado psicológico. Por lo general, son personas mayores. (Algunas de) estas personas tienen enfermedades crónicas que podrían empeorar”, detalló el médico.