Aún se desconocen los efectos que tendría la Inteligencia Artificial (IA) sobre la sociedad, de hecho hace algunas semanas varios representantes de la tecnología pidieron una “pausa” en el desarrollo de estas hasta estar “seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos manejables”.
Respecto a este mismo punto se refirió el historiador y filósofo israelí, Yuval Noah Harari, que ha publicado libros tan aclamados como “Sapiens. De animales a dioses: breve historia de la humanidad” (Debate, 2014), “Homo Deus: breve historia del mañana” (Debate, 2014) y “21 lecciones para el siglo XXI” (Debate, 2018).
“La primera tecnología de la historia que crea historias (…) La nueva generación de IA no se limita a difundir los contenidos que producen los humanos. Puede producir el contenido por sí misma”, dijo Harari en The Telegraph.
“Trate de imaginar lo que significa vivir en un mundo en el que la mayoría de los textos y melodías, y luego las series de televisión y las imágenes, son creados por una inteligencia no humana. Simplemente no entendemos lo que significa”, agregó.
¿Se apoderaría la IA de la cultura?
Hace algunos días, un semanario alemán compartió una entrevista realizada al expiloto de la Fórmula 1, Michael Schumacher, pero rápidamente se supo que el artículo había sido elaborado con IA; razón por la cual los familiares anunciaron una demanda.
Para Harari, casos como este son solo el comienzo de lo que se podría llegar a hacer con la IA si se utiliza para fines dañinos.
“Puede que incluso te envíen un video hablando, pero no hay ninguna persona de atrás”, destacó, “se trata de una amenaza especialmente grave para las democracias, más que para los regímenes autoritarios, porque las primeras dependen de la conversación pública”.
“Si la IA se apodera de la conversación, se acabó la democracia”, fue parte de lo que subrayó, y agregó que sería algo que se podría usar para beneficiar a sistemas dictatoriales.
“Un nuevo régimen en el siglo XXI tendrá herramientas mucho más poderosas. Así que las consecuencias podrían ser mucho más desastrosas. Es algo a lo que no sé si la humanidad podrá sobrevivir”.
Hacerse cargo de la tecnología
Para poder disfrutar de esta tecnología, Harari considera que se deben implementar medidas preventivas, como las que se usan cuando un nuevo medicamento ingresa a mercado.
“Una compañía farmacéutica no puede lanzar un medicamento al mercado sin pasar antes por un largo proceso de regulación. Es realmente extraño y aterrador que las corporaciones puedan hacerlo con herramientas de IA extremadamente potentes a la esfera pública, sin ninguna medida de seguridad similar”.
Además, la responsabilidad sobre esto debería recaer en el sector público y no en las empresas privadas.
“Con todo el debido respeto a Elon Musk y Zuckerberg o a los otros jefes de las grandes empresas tecnológicas, no son elegidos por nadie, no representan a nadie excepto a sus accionistas y no hay razón para confiar en ellos”, finalizó.