¿”Populismo punitivo”?: El debate que ha generado la mega cárcel para pandilleros construida por Bukele y las imágenes que muestran el traslado
La llegada el viernes pasado de 2.000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo, definido por el gobierno salvadoreño como la “nueva casa” de los pandilleros ha generado una serie de críticas.
En un tiempo récord, se construyó el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en una zona aislada de El Salvador. La cárcel se ha convertido en un símbolo de la cruzada liderada por el Presidente Nayib Bukele. A pesar de las acusaciones de violaciones a los derechos humanos por organismos internacionales y la falta de respeto a la presunción de inocencia, Bukele ha defendido la cárcel fervientemente y ha generado un debate entre varios analistas latinoamericanos.
Teólogos han cuestionado la exhibición de cuerpos tatuados y encadenados de pies y manos, mientras que historiadores han evaluado los pros y contras de aplicar la política de Bukele en países vecinos como Costa Rica. Todo esto ha generado olas de debate en torno a la cárcel.
La megacárcel se encuentra en Tecoluca, aproximadamente a 74 km al sureste de San Salvador, y cuenta con 166 hectáreas de terreno compradas por el Estado. De estas, 23 hectáreas fueron utilizadas para construir ocho pabellones rodeados por un muro de concreto de 11 metros de altura que mide 2,1 kilómetros de largo. La cárcel tiene capacidad para alojar a 62.975 personas y ya cuenta con sus primeros 2.000 internos desde que inició su operación formal. Con la apertura de la cárcel, se ha reiniciado el debate.
Hoy en la madrugada, en un solo operativo, trasladamos a los primeros 2,000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población.
Seguimos…#GuerraContraPandillas pic.twitter.com/9VvsUBvoHC
— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 24, 2023
Otras visiones
Ante las acusaciones de no respetar los derechos humanos de los pandilleros detenidos, el Presidente de El Salvador se defendió con el argumento de que nadie se preocupó por las víctimas. El mandatario expresó que nadie se lamentó por las personas que perdieron la vida a manos de los criminales. Además, ironizó sobre la preocupación de algunos por las condiciones de las cárceles y el trato a los delincuentes, sugiriendo que estos no mostraron la misma empatía cuando delinquían:
“Pobrecitos los criminales, pobrecitos cómo les estamos violando sus derechos en las cárceles; pobrecitos cómo les quitaron las colchonetas…, pero no dijeron nada cuando ellos les quitaron la vida a los salvadoreños”, afirmó.
En un video publicado en sus redes sociales el día en que llegaron los presos, Bukele declaró:
“Este será su nuevo hogar, donde vivirán por muchos años, integrados y sin perjudicar a la población”.
Su política, conocida por expertos en derechos humanos como “populismo punitivo”, ha vuelto a ser tema de debate debido a la descripción del interior del Centro de Confinamiento del Terrorismo.
Juan Pappier, subdirector en funciones de Human Rights Watch (HRW), dijo a La Nación que:
“La megacárcel es un símbolo de sus políticas punitivas en materia de seguridad. Puede ayudarlo a mantener sus altos índices de popularidad, pero la historia de El Salvador demuestra que este encarcelamiento masivo es poco probable que mejore la seguridad a largo plazo”.
Mientras tanto, organismos como Human Rights Watch y Cristosal han informado de más de 1.000 casos de violaciones graves a los derechos humanos cometidas por soldados y policías durante el régimen de excepción de diciembre del año pasado. Amnistía Internacional expresó su “profunda preocupación” por la creación de la megacárcel, llamando al presidente a “cambiar de rumbo” en su lucha contra las pandillas.
Según Amnistía Internacional, la construcción de la nueva prisión podría “suponer la continuidad y el escalamiento de estos abusos”. El organismo hizo un llamado “a la comunidad internacional para que actúe”.
Bukele respondió a sus críticos asegurando que “no dijeron nada cuando ellos le quitaron la tranquilidad a nuestro país, cuando ellos han hecho que corra sangre en nuestro país y cuando ellos han causado, de hecho, que en nuestro país no se desarrolle como debería ser”.
