Durante la próxima semana se retomará la discusión sobre la reforma tributaria en el Congreso, donde debe pasar por ambas cámaras antes de ser aprobada.
Uno de los factores que más reparos genera es el impuesto que se quiere aplicar a los altos patrimonios, ante esto el ministro de Hacienda, Mario Marcel, se mostró abierto a recibir distintas propuestas frente a este tema, siempre que cumplan con los objetivos y la recaudación planteada por el Gobierno.
“Nuestro gobierno no está cerrado a discusiones y propuestas. Lo que si llamamos y siempre estamos vigilantes a resguardar es que mantengamos los niveles de recaudación comprometidos para poder financiar los compromisos ante el pueblo de Chile, y que toda propuesta resguarde la justicia impositiva”, comentó la ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, en un punto de prensa en La Moneda.
“(El proyecto) no tiene líneas rojas, pero tiene propuestas, datos y tiene una propuesta que estimamos que es consistente. Pero eso no significa que el gobierno sea dueño de la verdad y la disposición está en el diálogo, pero el diálogo no puede ser desafiar el decir una cosa u otra, el diálogo se genera en una mesa cuando ponemos todas las cartas sobre la misma”, agregó el ministro Marcel.
Dos opciones sobre la mesa
Una de las opciones conversadas la planteó la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que está enfocada en subir un punto el impuesto a las grandes empresas; por otro lado también está la propuesta por el Colegio de Contadores, que apunta a una tasa de contribución adicional a la renta, focalizada en los grandes grupos económicos de alta rentabilidad.
Se trata de un tributo que operaría en grupos económicos con patrimonio consolidado sobre US$100 millones y un ROE (Rentabilidad Financiera) superior a 6%, según explicaron desde dicho colegio gremial.
Una de las aclaraciones que hicieron es que el impuesto será adicional al tributo corporativo de 27% y aplicaría solamente en el caso de grupos de empresas con utilidades extraordinarias, los que realizarán una mayor contribución al desarrollo social.
También se buscaría que esta medida no se aplique a grupos de empresas familiares -que en general tienen menor rentabilidad comparadas con grandes grupos empresariales- y menos opciones de acceso en condiciones competitivas al mercado de capitales para financiar su inversión.
“Es conveniente por tanto pensar en alternativas para ajustar o reemplazar el impuesto al patrimonio. La propuesta del Colegio de Contadores de un impuesto a la utilidad de grupos económicos con alta rentabilidad parece razonable frente a otras propuestas como el impuesto a las transacciones financieras, que castigaría aún más el debilitado mercado de capitales chileno”, mencionan. Asimismo, añaden que “una alternativa para compensar la menor recaudación de una eventual eliminación del impuesto al patrimonio, debe ser con tributo al flujo y no al stock, gravar progresivamente a los activos más rentables y finalmente adaptable a los distintos ciclos económicos de modo no afectar el ahorro y la inversión, especialmente en periodos de crisis económica”.
“Un impuesto al flujo o utilidades de las empresas es mejor que un impuesto al stock como el impuesto al patrimonio, que genera un impacto negativo mayor en el ahorro, inversión y crecimiento económico. No obstante, también hay efecto negativo. Por ejemplo, muchas pymes están capturadas en el régimen tributario de grandes empresas por normas de relación o por contaminación de giros de actividades pasivas”, explicó Juan Alberto Pizarro, presidente de la Comisión Tributaria del Colegio de Contadores, en La Tercera.
Por otro lado, también se busca evitar el impacto a las startups, así de implementarse la reforma no afectaría su impuesto al patrimonio.
“Si bien la reforma tributaria en Chile contempla mejoras a los incentivos I+D que constituye una franquicia tributaria positiva para el ecosistema emprendedor, por otra parte, busca introducir cambios negativos para la competitividad del sector tales como el impuesto al patrimonio y la limitación del uso de pérdidas de arrastre, y que además no se contempla mejoras en el tratamiento de las ganancias de capital de empresas startups, dando un tratamiento general a dichas ganancias con tasa máxima de impuesto global complementario que podría llegar a 43% según los nuevos tramos propuestos en la reforma tributaria”, sostuvo Mario Marcel.