Este lunes, continúa la búsqueda de migrantes desaparecidos tras el naufragio de este domingo frente a las costas de Crotone, en la región de Calabria (sur de Italia). Hasta el momento, se han recuperado 62 cadáveres y se han rescatado a 81 personas.
Entre las víctimas mortales contabilizadas hasta el momento, 14 son menores, entre ellos varios niños y un recién nacido, y 33 son mujeres, según el Ministerio del Interior.
De los supervivientes, 19 han tenido que ser ingresados en el hospital, mientras que el resto han sido trasladados al centro de acogida de la cercana localidad de Isola di Capo Rizutto.
Las operaciones de búsqueda están a cargo de la Capitanía de Puerto y de la Guardia de Finanza y desde primeras horas de la mañana también se están empleando buzos y helicópteros pues se temen muchas más víctimas ya que los supervivientes explicaron que en la embarcación que partió hace cuatro días de las costas turcas, iban a bordo unos 200 migrantes procedentes de Irak, Irán, Afganistán y Siria.
De las primeras informaciones parece que la embarcación se partió en dos, probablemente tras chocar contra una roca debido a la marejada frente a la costa de Steccato di Cutro, una ciudad en la provincia de Crotone.
Al menos tres personas, incluido un ciudadano turco que viajaba en la embarcación, han sido detenidas como presuntos miembros del grupo de traficantes de personas que organizó el viaje de la embarcación desde Turquía, a pesar de las adversas condiciones meteorológicas, según los medios locales.
Los testimonios de los sobrevivientes
Algunos de los sobrevivientes a este naufragio aseguraron que los contrabandistas tiraron a personas al mar para aligerar el peso de la carga.
“Estaba oscuro, debían ser alrededor de las cinco. De repente los contrabandistas, cuatro en total, mientras estábamos a quinientos metros de la orilla, vieron luces, rayos de antorchas que iluminaban la oscuridad hacia arriba. Se asustaron, pensaron que era la policía que les esperaba. Así que cambiaron de rumbo para desembarcar en otro lugar. Pero tenían que darse prisa, aumentar la velocidad: la única manera era aligerar el peso a bordo. Así que arrojaron gente por la borda a las olas que mientras tanto sacudían el pesquero. ¿Cuántos? Al menos veinte personas”, parte de los testimonios que recopiló El Mundo.
Por su parte, Loredana Pisani, directora del centro diocesano Migrantes de Crotone, de 50 años, profesora de religión en un instituto, afirmó que los migrantes se encuentran “con dificultad, están todos traumatizados, han perdido padres, madres, hijos, esposas, maridos”.
Otra de las supervivientes, una mujer paquistaní de 21 años, comentó que “oímos un ruido fuerte. Entonces el barco se partió por la mitad, tal vez al pasar encima de unas rocas: yo abrazaba a mi marido, volvimos a encontrarnos en el mar, nunca volví a verle”.
“Teníamos miedo, desde que un día antes el mar se había hinchado. Yo siempre permanecía cerca de mi marido y rezaba. ¿Chalecos salvavidas? Se los daban a muy pocos, nosotros no teníamos“. Otra vez: “Somos del Punjab, antes de emprender el viaje nos casamos (…) ‘Llevábamos una mochila, botellas de agua dentro, cosas para comer. Nada más”, aseveró.