En 2021, Gino Lorenzini debió cerrar Felices y Forrados (FyF), empresa donde daba recomendaciones de cambios de fondos de pensiones, por no cumplir con los requerimientos de la nueva ley de asesores previsionales.
Actualmente, el ingeniero comercial vive con su familia en Hawái. “Estoy 100% focalizado en el desarrollo de fórmulas y gestión de mi patrimonio. Después de 10 años de hacerlo para FyF, es un hábito diario que realizo, y que por suerte no me prohibió la ley anti FyF”, contó a La Tercera.
El también ex militante del Partido de La Gente (PDG) sostuvo que no tiene deseos de regresar a Chile y detalló que está trabajando en tres ideas de negocios. “Explotarán cuando se gatille la oportunidad, pero quiero que sean globales y que nazcan en el extranjero“, aseveró.
“Mi creatividad la haré explotar quizás a nivel de Elon Musk, en cualquier otro país con reglas claras, pero no generaré ingresos en Chile”, detalló Lorenzini, cuyo patrimonio rondaría los US$2 millones, según cálculos basados en lo que declaró hace dos años.
Los problemas de Lorenzini en Chile
Mientras esto ocurre, en Chile, el Tercer Juzgado de Policía Local de Las Condes ya tiene en redacción el fallo por la denuncia de publicidad engañosa que realizó el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) en contra de FyF en junio del 2021, luego de la denuncia de algunos afiliados.
“¿Cómo puedo emprender si el Sernac sigue demandando a una empresa que terminó su giro en junio de 2021? La persecución política en Chile no ha terminado aún contra mi persona, a pesar de que cambió el gobierno de Piñera a Boric”, señaló Lorenzini al respecto.
Según información del Diario Oficial, Lorenzini Barrios ha registrado un número considerable de sociedades y marcas, la mayoría relacionadas a temas financieros y previsionales.
El 2022 mantuvo una larga pelea en el Inapi (Instituto Nacional de Propiedad Industrial ) por el nombre Segurón, con el empresario Daniel Vargas, quien dijo a este medio que Lorenzini intentó bloquearle el negocio, retrasando su partida. Al final tuvo que modificar el nombre para poder empezar a operar. Sin embargo, el ex asesor sostiene que lo que pasó fue que “alguien ahí está tratando de ‘avivarse’ y copiar nuestra marca. No es un registro de nosotros”, explicó.