Los desastres y las emergencias tienen impactos en la vida de los niños y niñas que pueden alterar sus comportamientos habituales. Es importante estar atentos a las diferentes señales para entregarles contención y apoyo.
Debido a los miles de damnificados en los incendios forestales que están ocurriendo en la zona centro sur de nuestro país, rescatamos una publicación de Unicef con situaciones para cuando niños y niñas pueden estar expuestos a catástrofes y cómo poder enfrentarlas como adultos.
Algunas reacciones esperables ante emergencias:
- Apegarse a madres, padres o cuidadores: ansiedad de separación
- Miedo a los extraños/as
- Retraimiento, no querer estar con otros niños o niñas
- Dificultad para dormir o rehusarse a ir a la cama
- Regreso a comportamientos anteriores tales como mojar la cama o chuparse el dedo
- Juego compulsivo y repetitivo que representa parte de la experiencia de desastre
- Llorar y gritar sin motivo aparente
- Resentimiento, sospecha, irritabilidad
¿Cómo reaccionar frente a estas conductas?:
- Estar atentos a estos cambios. Observar sus comportamientos en el contexto de edad, de sus características personales y de la situación vivida.
- Conversar con ellas y ellos sobre la situación para conocer sus preocupaciones y resolver dudas. Escuche atentamente, y si no desea hablar, no presionar.
- Explicar los hechos con palabras sencillas, entregando información acotada a sus inquietudes. Use tacto, pero sea honesto/a.
- Generar un espacio diario para quien quiera hablar de sus preocupaciones o miedos los pueda expresar. El juego puede ser una herramienta para facilitar la expresión.