Marea roja: El peligro de un evento que será cada vez más común en Chile
El aumento en la radiación solar y la temperatura de las aguas, el descenso de las precipitaciones y de las descargas de nutrientes desde los ríos al mar son parte de los motivos del aumento de este fenómeno natural.
El reciente Informe a las Naciones del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2., reveló que los episodios de floraciones de algas nocivas (FAN), conocidas popularmente como marea roja, en la Patagonia chilena, han aumentado.
Esto se debe principalmente al aumento en la radiación solar y la temperatura de las aguas, el descenso de las precipitaciones y de las descargas de nutrientes desde los ríos al mar.
Chile es uno de los cuatro focos mundiales en donde ocurre este fenómeno, que ha tenido un aumento en las últimas décadas en nuestro país y se han concentrado en la zona sur-austral, fiordos y canales de las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes.
La investigadora postdoctoral del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y coautora del informe, Ana María Ugarte, explicó que se le dice marea roja, a la floración de las microalgas cuando ya “han tenido su esparcimiento abundante”.
Esto debido a que las floraciones que se producen, provienen de distintas especies de microalgas y suelen teñir los cuerpos de agua de distintos colores (verde, rojo, café, etc) “pero ahora más comúnmente se ha apreciado más el rojo” añadió Ugarte.
¿Qué es la marea roja?
La Marea Roja es un fenómeno natural provocado por el incremento numérico de alguna o algunas microalgas en el agua, las que al ser el alimento de organismos marinos, como los moluscos bivalvos, pueden provocar daños en la salud de las personas que los consumen, además de pérdidas económicas para la acuicultura y la actividad extractiva.
“La Patagonia chilena es sensible naturalmente a la floraciones de algas nocivas, pero existen actividades humanas como la acuicultura que podrían aumentar el nivel de nutrientes presentes en el mar, lo que produce el crecimiento excesivo de microalgas y, por lo tanto, aumenta la sensibilidad a la episodios de marea roja”, indicó en un comunicado Laura Farías profesora del Departamento de Oceanografía de la U. de Concepción e investigadora del (CR)2.
Respecto de la gobernanza para abordar estos episodios en la Patagonia, el informe identificó una falta de instrumentos que apunten a enfrentar el fenómeno de manera integrativa, pues la gestión está fragmentada entre instituciones con pertinencia en ámbitos muy diversos, como el Ministerio de Salud, SUBPESCA, el Ministerio de Defensa o el Ministerio del Medio Ambiente.
“Estas instituciones poseen un bajo grado de coordinación y colaboración entre sí, y su gestión se limita, por lo general, al monitoreo y a la prevención de intoxicaciones, y no aborda en profundidad otro tipo de impactos, como el social y el económico”, explicó Rodolfo Sapiains, profesor del Departamento de Psicología FACSO de la Universidad de Chile e investigador del (CR)2 y del Centro GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes.
Pese a esto, un estudio del (CR)2 realizado en Quellón muestra que los distintos sectores han implementado respuestas que podrían ser definidas como transformativas, es decir, que están asociadas a cambios profundos. Entre ellas, la creación de la mesa de marea roja que convoca a diversos actores locales, el desarrollo de programas de formación y socialización del conocimiento de la marea roja.
“Estas acciones han impactado en la forma de relacionarse de la comunidad, incorporando prácticas innovadoras y nuevas estructuras de gobernanza”, sostuvo Sapiains, quien también fue uno de los coordinadores de la investigación sobre floraciones de algas nocivas en el (CR)2.