El estudio “Inequities in Breast Cancer Outcomes in Chile: An Analysis of Case Fatality and Survival Rates (2007–2018)” mostró las importantes diferencias en tasas de letalidad y sobrevida por cáncer de mama, según el tipo de previsión de las pacientes: Fonasa e Isapres.
Según la investigación, las mujeres afiliadas a Isapres tuvieron una tasa de letalidad considerablemente menor durante el período de estudio, con un promedio de 15,7%, en comparación al 27,5% que registraron las mujeres afiliadas a Fonasa.
La coautora asociada e investigadora del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), Susana Mondschein, explicó que “tomamos todas las mujeres de la base del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud, de egresos hospitalarios y de defunciones, y buscamos a todas las que tuvieron un egreso hospitalario relacionado con cáncer de mama”.
“Vimos que en el sistema de Isapres, la letalidad promedio -entre los años 2007 y 2018- es de 15,7%, mientras que en Fonasa es de 27,5%. O sea, las mujeres que se enferman en Fonasa mueren más”, sostuvo Mondschein.
En el mismo período de tiempo (2007-2018), la sobrevida de las mujeres que están en Isapres fue de 90,1% (a cinco años), mientras que las que se atienden con Fonasa llegó a 80%.
“Diez puntos de diferencia, lo que es harto”, advierte la investigadora.
Según la encuesta CASEN 2017 ,el 57% de las mujeres en este sistema, sobre 50 años, se habían realizado una mamografía en los últimos tres años. O sea, un 43% de ellas no se había hecho este examen.
Si esto se compara con las mujeres que están en Isapres, contrasta la investigadora, “tenemos que el 76,3% se había hecho el examen en los últimos 3 años, o sea el 23,7% no se lo había realizado, con lo que tenemos la certeza de que las mujeres en Isapres se hacen más mamografías de detección precoz”, afirmó la académica.
Asimismo, la investigadora señaló que a pesar de que el cáncer de mama está dentro de las patologías GES, donde pueden acceder pacientes tanto de Fonasa como de Isapres, las mujeres de menores recursos llegan con cánceres más avanzados.
“Cuando, por ejemplo, se sienten un nódulo en la mama, ya podría ser muy tarde. Una mujer que se hace una mamografía de tamizaje, en cambio, va por un chequeo. Aún no se ha detectado nada”, indicó.