“Todo lo que haga quedará en segundo lugar. La primera cosa que todos sabrán de mí es que fui la pareja del Presidente”: El perfil de The Washington Post a Irina Karamanos
“Desde la manera en que Karamanos lo ve, quitar estos poderes puede empoderar a las futuras parejas de las o los presidentes”, fue parte de lo que comentó el medio estadounidense.
“La Primera Dama millennial de Chile quiere acabar con el cargo para siempre”: Así tituló el medio The Washington Post a un perfil que realizó sobre la Primera Dama chilena, Irina Karamanos.
“De ahora en adelante, todo lo que haga quedará en segundo lugar. La primera cosa que todos sabrán de mí es que fui la pareja del Presidente”, señaló la actual encargada de la Dirección Sociocultural de La Moneda.
Es hija de inmigrantes, su madre es uruguaya de ascendencia alemana y su padre era griego, quien falleció cuando ella tenía 8 años. Habla fluido cuatro idiomas y ha estudiado otros dos, además de sus estudios cursados en la Universidad Heidelberg de Alemania. Si aceptaba ser Primera Dama, sabía que sería algo demandante, un trabajo a tiempo completo y al que no se le paga.
Karamanos, que es cientista social con especialización en educación, antropología, gestión cultural y formación ciudadana, busca “desmantelar una institución” con el objetivo de “convencer a una nación para cambiar”, según señala The Washington Post.
El medio destacó que cuando ella deje su rol en la Dirección Sociocultural de la Presidencia, le gustaría volver a trabajar en la investigación enfocada en educación, pero tiene la duda de “¿Cómo luciría eso después de tener un trabajo que no buscó, uno que no cree que debiese existir?”
La ‘todavía Primera Dama’ -que se ha desempeñado como líder feminista en distintos espacios, incluido el partido Convergencia Social (CS)-, comentó que algunas mujeres en la calle le dicen “cuide al Presidente” y ella piensa: “Por supuesto que lo cuido, pero si no lo hiciera, ¿qué pasaría?, ¿este hombre no puede ser Presidente?, ¿no puede ser autosuficiente?”.
Irina no se considera el tipo de mujer que dejaría suspendidos sus planes por un hombre, pero que sabía que Gabriel Boric era la mejor opción de su partido (CS), para competir por la presidencia, por lo que lo ayudó a reunir las 30 mil firmas que necesitaba para presentarse.
Eso sí, Karamanos no es la primera en dudar sobre el puesto, como lo hizo Melania Trump en Estados Unidos. En Ecuador, Anne Malherbe Gosselin, esposa de Rafael Correa, estuvo en su mayor parte ausente de su rol, el que describió como clasista; en México, Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa de Andrés Manuel López Obrador, ha continuado su trabajo en la universidad.
The Washington Post indica que Irina “siempre se sintió un poco fuera de lugar en la oficina con candelabro y alfombra dorada, donde la anterior primera dama (Cecilia Morel) gastaba más de US$ 2.000 al mes en arreglos florales y ella sólo tiene un ramo artificial junto a la ventana”.
“Desde la manera en que Karamanos lo ve, quitar estos poderes puede empoderar a las futuras parejas de las o los presidentes. Se trata de la autonomía: profesional y económica”.