La infraestructura portuaria chilena se verá afectada en las próximas décadas debido al aumento del nivel del mar y los efectos del cambio climático, como las marejadas.
A esta conclusión llegó una investigación científica titulada “Impacts in ports on a tectonically active coast for climate-driven projections under the RCP 8.5 scenario: 7 Chilean ports under scrutiny” (Impacto en los puertos de una costa tectónicamente activa para proyecciones impulsadas por el clima bajo el escenario RCP 8.5: 7 puertos chilenos bajo el escrutinio), liderada por el académico de la Universidad de Valparaíso e integrante del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, Patricio Winckler.
Chile tiene 28 puertos mayores, de los cuales 19 están expuestos directamente al Océano Pacífico, esto significa que en caso de marejadas deben suspender sus operaciones para garantizar la seguridad de todos los actores involucrados.
Si bien los costos asociados a cierres de muelles ascendieron a 345 millones de dólares en la economía nacional (solo en 2020), se trata de un fenómeno poco estudiado.
Es en este contexto donde la investigación publicada en la revista científica Coastal Engineering Journal, apunta a entender cómo el cambio climático afectaría el sistema portuario.
“En solo una década, los cierres de puerto aumentaron de 17 horas en 2008 a 3.022 horas en 2018 en todos los sitios analizados, los que podría estar asociado a un aumento de la frecuencia de las marejadas y a exigencias mayores para garantizar la seguridad de las maniobras de los grandes portacontenedores que llegan a Chile”, explicó Patricio Winckler.
Uno de los puntos interesantes es que si bien los puertos del norte están alejados de las zonas de generación de olas en el Océano Pacífico sur, estos fueron los más afectados, con 310, 100 y 1.088 horas anuales para Arica, Iquique y Antofagasta, respectivamente.
Condiciones operacionales de puertos
A través del estudio histórico de los oleajes y de una proyección para los próximos 80 años, se reveló que algunos puertos reducirían y otros aumentarían el tiempo de inactividad.
Las condiciones operativas empeorarían en ciudades como Iquique y Antofagasta; mejorarían levemente en Valparaíso y San Antonio; y mejorarían significativamente en San Vicente; mientras que en lugares como Arica y Coquimbo no habría cambios significativos.
“A finales de siglo, no obstante, todos los puertos experimentarían una mejora en las condiciones operacionales, ya que, con el cambio climático, el oleaje en promedio se generará más al sur, arribando a las costas del Chile central y norte, con menos energía. Eso se traduce en una reducción en la cantidad esperada de cierres de puerto y en un beneficio económico asociado”, sostiene Winckler.
Daño estructural en los puertos
El experto advierte que se experimentará un alza en el nivel mar, lo que combinado con las marejadas significaría un mayor daño estructural de las obras de abrigo, es decir, aquellas que cumplen la función de reducir la acción del oleaje y, eventualmente, del viento.
“Esto genera pérdidas económicas asociadas a la reparación y lucro cesante de éstas. Además, el sobrepaso del oleaje reduciría la seguridad de los peatones en los paseos marítimos y de los operarios en las zonas portuarias”, destacó.